Parte oficial de Samuel Mac Mahon, primer ingeniero del monitor Huascar

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Al Ancla, Antofagasta, octubre 10 de 1879
A bordo del “Copiapo”
Senor Teniente 1º Comandante Accidental del monitor “Huascar”
S.C.:
“En cumplimiento de mi deber, tengo el honor de poner en conocimiento de Ud. todo lo ocurrido en el departamento de la maquina durante el combate con los blindados chilenos y la goleta “Covadonga” el 8 del presente.
A las 4 a.m. recibi orden de de ir a tomar fuerza con la maquina, porque algunos buques estaban a la vista; aumente el andar a 60 revoluciones, teniendo 25 a 26 libras de vapor.
A las 5.40 recibi orden del senor Contralmirante Grau para disminuir el andar. Desde esta hora hasta cerca de las 8.30 a.m., la maquina iba de 25 a 24 revoluciones por minuto.


El blindado “Cochrane” y dos buques mas se avistaron por el Norte cerca de las 7.30 a.m., pero a distancia que solo se veian los humos y no muy claros; por eso el senor Contralmirante Grau, creyendo sin duda pasar claros sin aumentar el andar, no me dio orden para ello.
A las 8.30 a.m., me llamo el senor Contralmirante y me ordeno que fueran tres a cuatro revoluciones mas; despues de dar las ordenes necesarias subi a la cubierta para ver la posicion de los buques enemigos y vi, en efecto que el blindado “Cochrane” nos ganaba acercandose notablemente; volvi a la maquina y di orden para hacer todo el vapor posible, teniendo ya bien seguras todas la valvulas de seguridad para dar la mayor presion y entonces tuvimos de 25 a 30 libras de vapor; lo que con 26 a 27 pulgadas de vacio daba la maquina de 60 a 63 revoluciones. Si el buque hubiera estado con sus fondos limpios habria andado doce o mas millas en lugar de once, que, en mi concepto, es lo mas que ha andado el buque.
La primera bomba que tuvo efecto en el departamento de la maquina fue por el costado de babor, en mi camarote, rompiendo la lumbrera y echandola encima de los caballos, asi como tambien una porcion de tornillos y pernos del blindaje, produciendo un incendio en dicho lugar. La segunda se llevo el cubichete de la maquina arrojando encima de los caballos una lluvia de trozos de madera. La tercera vino de popa, por la camara de oficiales, trayendo gran cantidad de astillas y mamparos rotos a la maquina. La cuarta vino por el costado de estribor al centro del departamento, reventando dentro, rompiendo los camarotes de dicho lado y destruyendo todo el departamento; esta bomba dejo algunos muertos e hirio a otros, entre los que se encontraba el doctor Tavara y el senor John Griffche, capitan de la presa “Coquimbo”. En ese momento la maquina estaba completamente cubierta de trozos de madera y fierro. Gracias a la providencia no hubo ninguna averia en la maquina; durante este tiempo todo el departamento estaba lleno de humo, procedente del incendio ocasionado por las bombas. En la sala de fuegos no hubo averia material, pero a causa del numero de bombas que habian reventado en su interior la chimenea estaba llena de humo y de hollin, haciendo imposible ver los indicadores de vapor y de agua de las calderas. Como las camaras estaban demolidas, fue necesario mandar abajo a los heridos; la mayor parte de ellos fueron puestos en las carboneras de proa.
El Capitan de Fragata senor Carvajal fue conducido con dos o tres mas al panol de la maquina. En este estado y viendo los oficiales que era imposible la salvacion del buque, recibi orden personal y privada del Alferez de Fragata don Ricardo Herrera, para abrir las valvulas y echar el buque a pique, cuya orden la ejecute en el acto, con toda la actividad y deseos posibles, sacando todos los heridos de abajo. Despues de esto tuve que parar la maquina para sacar las puertas de los condensadores; pero no tuve tiempo suficiente para concluir de sacarlas, pues fuimos abordados y tomados prisioneros. En ese momento el buque tenia tres o cuatro pies de agua en la sentina superior; en pocos momentos mas iba a comenzar a entrar agua por los agujeros de las bombas enemigas y el buque su hubiera ido violentamente a pique. Yo y el segundo ingeniero fuimos amenazados con revolver al pecho diciendonos que moviesemos la maquina y sacasemos el agua; nosotros rehusamos el hacerlo por ser prisioneros de guerra; pero nos dijeron que los ingenieros del “Rimac” habian sido forzados a entregar la maquina bien y que nosotros teniamos que hacerlo so pena de morir.
No concluire sin manifestarle que he tenido gran placer al ver el entusiasmo, valor y disciplina de mi gente; todos han cumplido con su deber hasta el ultimo momento, particularmente el segundo ingeniero senor Thomas Hughes, a quien habia encargado del cuidado de todos los maquinistas y de la gente de la parte de abajo, y no subio hasta que vio que el agua estaba cerca de las hornillas.
Es cuanto en verdad y justicia puedo decir para los fines consiguientes.
Dios Guarde a Ud.
Samuel Mc Mahom
Primer Ingeniero