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Victoria Kent Siano

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Biografia

Kent Siano, Victoria. Malaga, 6.III.1892 ? Nueva York (Estados Unidos), 25.IX.1987. Politica y jurista.

Perteneciente a una familia de clase media y talante liberal, era la cuarta de los siete hijos de Jose Ken Roman, comerciante de tejidos de ascendencia inglesa, y de Maria Siano Gonzalez. Durante toda su vida publica, Victoria utilizo la variante Kent de su apellido paterno por la procedencia de sus ascendientes del condado de Kent en Inglaterra, aunque en su acta de nacimiento (que atestigua que nacio en 1892, a pesar de que ella cambiara la fecha por la de 1897 en algunos documentos oficiales), aparece como Maria Victoria Ken Siano.

Despues de pasar en Malaga su infancia y primera juventud y de realizar alli sus estudios, primero en su casa familiar con profesores particulares y despues en la Escuela Normal de Maestras donde estudio Magisterio, Victoria, animada siempre por su madre, que reconocia el valor de la cultura y la educacion, se traslado a Madrid en 1916 con la idea de terminar el bachillerato y realizar estudios universitarios, pues solamente con el titulo de maestra no se podia acceder a la ensenanza superior.

En la capital de Espana y gracias a la intervencion de A. Jimenez Fraud y Francisco Bergamin, conocidos de su padre, vivio en la Residencia de Senoritas fundada por la Junta para la Ampliacion de Estudios e Investigaciones Cientificas en 1915, y vinculada a la Institucion Libre de Ensenanza. Por aquel entonces, dirigia la Residencia la pedagoga Maria de Maeztu. Precisamente, Victoria se costeaba sus estudios, ademas de con clases particulares, ensenando en el Instituto-Escuela de Ensenanza Secundaria que desde 1918 dirigia tambien la propia Maeztu. En Madrid, donde gozaba de una mayor libertad, se afilio a la Asociacion Nacional de Mujeres Espanolas, a la que tambien pertenecia Clara Campoamor, y al Lyceum Club del que fue vicepresidenta.

Ambas instituciones eran organizaciones feministas que buscaban la emancipacion de las mujeres.

En 1920 ingreso en la Universidad Central de Madrid para estudiar la carrera de Derecho. Alli, vinculada a la Juventud Universitaria Femenina, fue la primera mujer que tuvo como alumna Luis Jimenez de Asua, profesor de Derecho Penal, con quien mantendria una estrecha relacion personal y profesional a lo largo de los anos.

En 1924 obtuvo el doctorado con una tesis sobre la reforma de las prisiones, y solicito su ingreso en el Colegio de Abogados de Madrid, siendo la primera mujer que entro a formar parte de dicho Colegio en 1925.

Tambien, tras proclamarse la Republica, ingresaria en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislacion. Inicio, pues, su andadura profesional en plena dictadura de Primo de Rivera; primero, como pasante en el bufete de Alvaro de Albornoz y, mas tarde, abriendo su propio despacho en su vivienda de la calle Marques de Riscal, vivienda que durante un tiempo compartio con su amiga Julia Iruretagoyena y el hijo de esta. Fundamentalmente se dedicaba al Derecho Penal y a los juicios laborales, defendiendo a obreros, ferroviarios o pescadores. De hecho, en 1927 fue nombrada asesora juridica de la Confederacion Nacional de Positos Maritimos, organismo dedicado a la asistencia social de los pescadores. Adquirida ya por entonces su reputacion de mujer liberal de ideas avanzadas, en 1930 su nombre salto a la prensa nacional e internacional al convertirse en la primera mujer que actuo como abogada en un Tribunal Militar. Su defendido ante el Tribunal Supremo de Guerra y Marina, el dirigente republicano Alvaro de Albornoz, habia sido procesado y detenido por el delito de “sublevacion para la rebelion militar” por haber participado en los preparativos para un levantamiento contra la Monarquia de Alfonso XIII. El Consejo de Guerra del 20 de marzo de 1931 tuvo mucho eco en la prensa de la epoca y la brillante actuacion de Victoria Kent al obtener la absolucion de su defendido (“el maestro que le habia contagiado el fervor de la justicia”) le otorgo una gran popularidad y prestigio.

Ese mismo ano, su confesada “vocacion politica combativa” la llevo a unirse al Partido Republicano Radical Socialista, fundado en 1929 y liderado por el propio Alvaro de Albornoz y por Marcelino Domingo, que se convertiria ?tras las primeras elecciones generales de la Republica? en el tercer grupo parlamentario, aunque mas adelante se fusionaria con Accion Republicana dando lugar a Izquierda Republicana.

Victoria Kent obtuvo el acta de diputada por Madrid en las elecciones a Cortes Constituyentes de junio de 1931 e intervino activamente en las deliberaciones sobre el proyecto de Constitucion de la Republica.

Era una de las tres unicas mujeres diputadas junto a Margarita Nelken y Clara Campoamor, y con la excepcion de los temas relacionados con la igualdad de sexos y con el voto femenino, su actuacion parlamentaria no fue especialmente relevante.

No obstante, es muy conocida su participacion en el debate sobre el derecho al voto de las mujeres porque ?a pesar de sus ideas feministas y progresistas (como revela su defensa del divorcio)? no se mostro partidaria de introducir en la futura Constitucion republicana el derecho al voto para la mujer, porque estaba convencida de que la falta de instruccion y preparacion social y politica de las mujeres espanolas de la epoca beneficiaria a la derecha catolica y perjudicaria a la Republica. No confiaba en la capacidad de las mujeres y pensaba, en definitiva, que el voto de la mujer seria un “voto dado por el confesor” y, por tanto, peligroso para la Republica. De ahi que se mostrara partidaria de que se aplazara el reconocimiento del sufragio femenino, aunque ello supusiera renunciar a sus ideales por una cuestion de oportunidad o pragmatismo politico. Explico en la Camara que consideraba necesario aplazar el voto femenino, aun a costa de renunciar a un ideal, para servir mejor a la Republica. Pero su oposicion al voto de las mujeres la enfrento con la diputada del Partido Radical Clara Campoamor, para quien la defensa del derecho al voto de la mujer era un deber ineludible. Campoamor estaba convencida de que la madurez politica se aprende precisamente con el ejercicio de los derechos. La polemica entre ambas mujeres quedo ampliamente reflejada en los periodicos de la epoca y la postura de Kent, que ella siempre justifico, explica en gran medida la escasa simpatia que su figura ha despertado en la historiografia sobre el feminismo. En definitiva, esta fue una de las escasas intervenciones de Kent en el Parlamento, porque su labor en la Direccion General de Prisiones la apartaba de los trabajos del Congreso.

Durante los primeros dias del mes de mayo de 1931, habia recibido la propuesta del propio presidente de la Republica, Niceto Alcala Zamora, de hacerse cargo de la Direccion General de Prisiones, que dependia del Ministerio de Justicia, a cuya cabeza se encontraba entonces Fernando de los Rios, el ilustre profesor e historico dirigente socialista, a quien ella admiraba por su lucha por el cambio social. La propuesta del presidente de la Republica obtuvo el respaldo de todo el Gobierno, pues Victoria Kent era ya conocida por su reconocida labor social y por sus estudios y conocimientos en cuestiones penales. Como ella misma confeso, ningun otro cargo podria haberle complacido mas.

En esta Direccion, aunque estuvo solo catorce meses, llevo a cabo una intensa labor que, aparte de darle una gran popularidad, ha sido reconocida como una de las mas importantes reformas penitenciarias realizadas nunca en Espana. Estaba convencida de que la reforma de las prisiones era una de las grandes tareas a acometer por el nuevo Gobierno de Espana y ella lo consideraba la tarea mas importante de su vida. Siguiendo la tradicion de su admirada Concepcion Arenal, nombrada visitadora de carceles en el siglo XIX, Kent creia firmemente en la necesidad de humanizar las carceles. La sociedad debia recuperar al delincuente como hombre y como ciudadano, para lo cual habia que “modificar el regimen penitenciario segun las humanas corrientes cientificas”. La carcel debia ser una especie de centro de recuperacion social. Su objetivo consistia en “corregir al delincuente con el proposito de devolverle a la sociedad como un hombre util”.

Sin embargo, la situacion de las prisiones espanolas de la epoca estaba muy lejos de estos ideales. No solo por la situacion material de los edificios, la falta de condiciones higienicas, la mala alimentacion de los reclusos, etc., sino por la escasa preparacion y, en muchos casos, la corrupcion del Cuerpo de Funcionarios de Prisiones. De ahi que, a pesar del insuficiente presupuesto con el que contaba, la nueva directora general de Prisiones tomara una serie de medidas encaminadas a terminar con esa situacion. Entre estas medidas destacan la clausura de ciento quince carceles “inmundas” de partido de pequenos pueblos, debido a sus pesimas condiciones, o la construccion de nuevas carceles dotadas de nuevas instalaciones, como la carcel de mujeres de Madrid, en Ventas, que debia sustituir a la vieja carcel femenina de la capital y convertirse en una carcel moderna y modelica con salon de actos, talleres para el trabajo manual, biblioteca, enfermeria con calefaccion, etc. Porque dentro del duro mundo de las prisiones, la situacion de las mujeres presas era todavia peor que la de los hombres.

Kent aseguraba que sufrian un castigo aun mayor y hablaba de las carceles de mujeres, que habia visitado y conocia bien, como de un “espectaculo de horror”.

Ademas, en estos nuevos centros, debian suprimirse las celdas de castigo y el uso de cadenas y grilletes habituales en este tipo de celdas. Aumento la racion alimentaria de los reclusos, se instalaron buzones de reclamaciones para los presos, se establecio la libertad de culto y, una de las medidas mas polemicas, los permisos de salida por razones familiares que, a pesar de la alarma que suscito, no supuso en ningun caso que los reclusos no volvieran a la carcel al finalizar el permiso.

Con el objetivo de acometer la adecuada formacion del personal de prisiones decide crear un Instituto de Estudios Penales, con el penalista Luis Jimenez de Asua como director, en el que, ademas de ofrecer cursos a jovenes que desearan seguir la carrera judicial o a jueces, se preparase al personal de prisiones de acuerdo con las nuevas directrices. Kent pensaba que era imposible llevar a cabo sus reformas con el mismo personal incompetente y corrompido ?salvo excepciones? que habia conocido cuando llego a la Direccion. De hecho, para formar y preparar a los nuevos funcionarios de prisiones (hombres y mujeres), no solo habia que estudiar Derecho Penal y Penitenciario, sino que los programas incluian temas especificos que reflejaban las tendencias criminologicas entonces en boga cuyo objetivo ultimo era la rehabilitacion de los presos.

Penso, incluso, en hacer un ensayo sustituyendo a algunos funcionarios de prisiones por los presos mas preparados y responsables. Por todo ello, el Instituto puso en marcha la preparacion de un personal civil femenino que sustituyera a las monjas de las ordenes religiosas que hasta entonces trabajaban en las carceles de mujeres con mas buena voluntad (en el mejor de los casos) que conocimientos penitenciarios.

Pero estas medidas de depuracion del personal penitenciario que para Victoria Kent constituian un elemento indispensable de la reforma que pretendia realizar (cualquier reforma resultaria ineficaz si el cuerpo de prisiones seguia estando formado por personas sin ninguna doctrina educativa y reformadora), no fueron del agrado de sus superiores y, aunque el nuevo ministro de Justicia era su antiguo defendido y miembro de su mismo partido, Alvaro de Albornoz, este se alarmo ante sus propuestas. Tras la deliberacion de las medidas en el Consejo de Ministros que presidia Manuel Azana ?a quien le parecia que Victoria era “demasiado humanitaria” y que sus reformas no contarian con el respaldo social necesario, ademas de extender la indisciplina y la anarquia en las carceles?, ella comprendio que no contaria con su apoyo ni con el del resto del Gobierno, por lo que decidio dimitir.

Ni por vocacion ni por temperamento podria haber continuado con un trabajo meramente rutinario en el que no pudiera llevar a cabo sus proyectos.

Una vez aceptada su dimision, dio conferencias y mitines por diversas ciudades espanolas y se volco en la actividad parlamentaria y en la promocion de la unidad de todos los republicanos progresistas que culmino con la creacion de la Federacion de Izquierda Republicana en 1934 cuyo Comite Politico dirigiria la propia Kent.

En las siguientes elecciones generales de 1933 no salio elegida diputada, de modo que prosiguio con su labor como penalista y abogada. Precisamente, en 1934, presidio la Seccion Juridica del Comite Nacional pro- Thalman, dirigente comunista aleman encarcelado por los nazis y que moriria en Buchenwald. Kent habia enviado una carta al Tribunal Supremo de Leipzig con la intencion de hacerse cargo de su defensa procesal, pero su propuesta no fue aceptada.

En las elecciones de febrero de 1936 consiguio de nuevo un acta de diputada por la provincia de Jaen, pero el estallido en julio de ese mismo ano de la Guerra Civil dio un nuevo rumbo a su trayectoria politica.

Ademas de su estancia en el frente de Guadarrama, donde se ocupo del vestido y alimento para el ejercito republicano, le hicieron responsable de la creacion de guarderias y refugios para ninos. Precisamente, en junio de 1937 el Gobierno de la Republica la nombro secretaria de la embajada de Espana en Paris para el cuidado de las evacuaciones de refugiados, especialmente los ninos, a medida que caian los frentes republicanos.

Entre sus tareas estaba la de buscarles asilo en Francia.

Al finalizar la guerra, permanecio como exiliada en Paris colaborando en la salida de refugiados espanoles hacia America, pero al no poder huir ella misma debido a que las companias de navegacion francesas habian suspendido sus viajes a Mexico, tuvo que vivir oculta bajo el nombre de Madame Duval durante la ocupacion alemana, tratando de evitar que la Gestapo la encontrara y entregara a las autoridades franquistas, que habian advertido a las autoridades de Vichy (Victoria Kent habia pertenecido, ademas, a la organizacion “Mujeres Antifascistas” junto con otras destacadas republicanas, socialistas y comunistas, como la misma Dolores Ibarruri). De este modo, entre 1940 y 1944, paso la epoca mas dificil de su vida, viviendo solitaria y encerrada, primero en la embajada de Mexico en Paris durante casi un ano, y luego en un apartamento del Bois de Boulogne gracias a la proteccion de su amiga Adele Blonay, dirigente de la Cruz Roja. Estos cuatro anos de su vida son los que relata su alter ego masculino, Placido, en su libro Cuatro anos en Paris, publicado por primera vez en 1947 y cuya reedicion presentaria anos mas tarde, en 1978, en su ultima visita a su pais natal.

Despues de la liberacion de la capital francesa, de haber recibido la Cruz de Lorena que otorgaban las mujeres de la Resistencia, de haber creado la Union de Intelectuales Espanoles con un grupo de exiliados (entre ellos, su amigo malagueno Picasso) y haber trabajado en una editorial durante la posguerra, marcho a vivir a Mexico donde, ademas de dar conferencias en la Academia Mexicana de Ciencias Penales, dio clases de Derecho Penal y charlas en la Universidad de la capital, y fundo la Escuela de Capacitacion para el Personal de Prisiones, de la que fue directora dos anos. Ademas, continuo teniendo contacto con exiliados espanoles. Tambien en Argentina colaboro con su antiguo profesor Jimenez de Asua.

Sin embargo, en 1950, se traslado a Nueva York a peticion de la Organizacion de las Naciones Unidas, que le ofrecio trabajar en la Seccion de Asuntos Sociales, con el objeto de realizar un estudio de los problemas de las carceles de mujeres en el mundo, sobre todo en Latinoamerica.

Desempeno el cargo hasta 1952, ano en que dimitio por parecerle el trabajo excesivamente burocratico y con poco espacio para su propia iniciativa.

En 1952, Kent, que seguia definiendose como una mujer “republicana, liberal, democrata y federalista”, acepto la propuesta del entonces presidente del Gobierno de la Republica Espanola en el exilio, Felix Gordon Ordas, de actuar como consejera de su Gobierno en la ciudad de Nueva York con el objetivo, entre otros, de conseguir la entrada de la Espana republicana en la ONU, pero solo dos anos mas tarde presento su dimision. En 1953, en la misma ciudad, con sus propios ahorros y gracias a la ayuda que le prestaron algunos amigos norteamericanos, especialmente la hispanista y mecenas Louise Crane (perteneciente a una acaudalada familia), fundo y dirigio la revista mensual Iberica, organo del exilio espanol en Nueva York y expresion de los valores republicanos, en cuyo primer numero, aparecido en enero de 1954, colaboro Salvador de Madariaga ?que seria tambien su presidente de honor? y que dejaria de publicarse veinte anos despues ante las expectativas de la muerte del dictador. La revista se edito primero en espanol y en ingles, y desde 1966 solo en espanol. Conto con colaboradores de prestigio entre pensadores, politicos y poetas (no en vano, ella era muy aficionada a la poesia).

La revista Iberica pretendia colaborar al restablecimiento de las libertades en Espana y convertirse en un foro abierto para la discusion sobre nuestro pais.

Por eso, la revista publicaba las noticias llegadas desde Espana con el fin de informar de la situacion real bajo la dictadura de Franco, pues Victoria y sus colaboradores en esta empresa consideraban que la prensa americana apenas se ocupaba del asunto.

El 11 de octubre de 1977, Victoria Kent, tras largos anos de exilio, regreso a Espana para una estancia breve acompanada de su amiga Louis Crane, en cuya residencia de Manhattan vivia ya desde hacia mucho tiempo.

A su llegada a la capital de Espana critico que se silenciara la voz del republicanismo por la marginacion de su partido Accion Republicana Democratica Espanola (ARDE), legalizado despues de junio de 1977. Asimismo, hizo un llamamiento a la concordia y pidio la amnistia total y el restablecimiento de las autonomias, y continuo insistiendo en lo que fue una de las grandes pasiones de su vida: la necesidad de una reforma penitenciaria que tuviera como uno de sus objetivos principales la reinsercion social de los reclusos. Mantuvo su residencia en Nueva York, ciudad en la que fallecio el 25 de septiembre de 1987. Un ano antes habia recibido la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Penafort del Ministerio de Justicia como reconocimiento a su labor, aunque ya no pudo acudir a recogerla.

 

O bras de ~: Cuatro anos en Paris, 1940-44, Buenos Aires, Sur, 1947 (1.ª ed. en Espana, con el tit. Cuatro anos de mi vida: 1940-44, Barcelona, Bruguera, 1978); “Una experiencia penitenciaria”, en Tiempo de Historia, ano II, n.º 17 (abril de 1976), pags. 4-11; “Las reformas del sistema penitenciario durante la II Republica”, en Historia 16, n.º extra VII (octubre de 1978), pags. 102-112; “Prologo”, en S. de Madariaga, Mi respuesta, Madrid, Espasa Calpe, 1982 (recopilacion de articulos escritos por Madariaga en la revista Iberica ).

 

B ibl .: C. Garcia Valdes, “Semblanza politica y penitenciaria de Victoria Kent”, en Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales (Madrid, Instituto Nacional de Estudios Juridicos), t. XL, fasc. III (septiembre-diciembre de 1987), pags. 573-577; A. Alted, “La cultura politica del republicanismo espanol en el exilio. Un ensayo de caracterizacion a traves de la revista Iberica (1953-1974)”, en Journal of Interdisciplinary Literary Studies , vol. 1 (2) (1989), pags. 237-264; M. Telo Nunez, Concepcion Arenal y Victoria Kent: dos penalistas espanolas, Madrid, Instituto de la Mujer, 1995; Z. Gutierrez Vega, Victoria Kent: una vida al servicio del humanismo liberal, Malaga, Universidad, 2001; J. Martinez Gutierrez, Las intelectuales. De la Segunda Republica al exilio: Victoria Kent, Margarita Nelken e Isabel O. de Palencia, Alcala de Henares, Centro Asesor de la Mujer, 2002; R. M. Capel Martinez, “Victoria Kent Siano”, en J . Moreno Luzon (ed.), Progresistas, Madrid, Taurus, 2005; VV. AA., “Republica y republicanas en Espana”, n.º monogr. de Ayer (Madrid), 60 (2005); M.ª T. Arias Bautista, “Victoria Kent Siano”, en VV. AA., Ateneistas ilustres, vol. II, Madrid, Ateneo de Madrid, 2007, pags. 369-379; M. A. Villena, Victoria Kent. Una pasion republicana, Barcelona, Debate, 2007; J. Martinez, Las santas rojas: exceso y pasion de Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken, Barcelona, Flor del Viento, 2008; M. Aznar Soler y J. R. Lopez Garcia (eds.),  Diccionario biobibliografico de los escritores, editoriales y revistas del exilio republicano de 1939 , vol. 3, Sevilla, Renacimiento, 2016, pag. 122-125.

 

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