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“¡Estamos en guerra, senores!”. El regimen militar de Pinochet y el “pueblo”, 1973-1980 « Revista Historia
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“¡Estamos en guerra, senores!”. El regimen militar de Pinochet y el “pueblo”, 1973-1980

Veronica Valdivia Ortiz de Zarate

Historia 43:I, enero-junio 2010, 163-201

Resumen

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Este articulo analiza la relacion del regimen militar del general Augusto Pinochet con los sectores populares durante la decada de 1970, poniendo en cuestion las afirmaciones de un entendimiento excluyente con la alta burguesia. La hipotesis sostiene que el regimen se propuso cooptar al mundo popular, historicamente asociado al centro y la izquierda politica y que, por lo tanto, su relacion con el "pueblo" no se remitio exclusivamente a la represion. Ello se habria debido a que la "guerra" declarada al marxismo tenia un caracter ideologico y, por ende, requeria la resocializacion de dichos grupos sociales. El contexto internacional y la crisis economica, asimismo, devolvieron su importancia politica al pueblo como agente legitimador del regimen. Desde un punto vista conceptual, este trabajo busca repensar la categoria de Estado burocratico autoritario que se ha aplicado a las dictaduras militares del Cono Sur americano, dentro de las cuales se ha incluido el caso chileno.

Palabras clave: Pinochet; dictadura; contrasubversion; guerra; pueblo.

 

Abstract

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This article analyzes the relationship between the military regime of General Augusto Pinochet and Chiles popular sectors during the 1970s, questioning the common view that posits an exclusionary understanding between that government and the high bourgeoisie. The thesis sustains that Pinochets dictatorship set out to co-opt the popular milieu, historically associated with center and left-wing politics, and that, therefore, its relationship with the "people" was not based solely on repression. The reason for this is that the "war" waged against Marxism had an ideological foundation, and thus required the re-socialization of those social actors. The international context and the economic crisis, likewise, reinforced peoples political centrality as a legitimizing agent. From a conceptual standpoint, this article seeks to reconsider the model of the "Bureaucratic-Authoritarian State" applied to the military dictatorships of Latin Americas Southern Cone, including the Chilean case.

Keywords: Dictatorship; Counter-Insurgency; War; People.

 

 

La historia del regimen militar chileno ha estado marcada por la represion, el caracter neoliberal del proyecto refundacional y el autoritarismo de su nueva institucionalidad. La imagen que ha emergido ha sido la de una dictadura asociada a una tecnocracia y los grandes grupos economicos, habiendo sido el instrumento para reimponer el capitalismo en Chile y lograr su integracion al capitalismo trans-nacionalizado 1 . Esta perspectiva ha oscurecido otros aspectos de esa experiencia, como su relacion con actores sociales diferentes, desfavoreciendo una mirada mas compleja que nos permita comprender el arraigo del general Augusto Pinochet y del regimen militar en grupos ajenos al empresariado y la clase alta. Tal fenomeno pudo observarse durante el plebiscito sucesorio de 1988, donde Pinochet obtuvo el 43% de los sufragios en un espectro social mas amplio que el supuesto, porcentaje que se ha mantenido en sus herederos politicos, la Union Democrata Independiente (UDI) y Rnovacion Nacional (RN), despues de 1990. Dichos partidos, particularmente el primero, han penetrado electoralmente en sectores populares, asociados historicamente a la izquierda 2 . Entenderemos por sectores populares -”el pueblo” para la epoca-, a los marginales urbanos, los pobladores, habitantes de los campamentos y poblaciones de escasos recursos. No consideramos en esta ocasion a los obreros sindicalizados o mas establecidos, aunque es claro que la idea de “pueblo” hacia principios de los setenta incluia a todos los postergados, urbanos y rurales, y a la clase obrera, sino solo a aquellos excluidos de organicas, con muy bajos niveles de ingresos y ajenos a los beneficios sociales o economicos; personas y grupos debiles y dependientes de algun tipo de ayuda externa, ya sea eclesial, privada o estatal, que hasta la intervencion militar se consideraban los marginales y, despues de ella, como la “extrema pobreza” 3 . Esta precision es importante, pues hasta 1973 el “pueblo” se habia convertido en uno de los componentes centrales del pacto social entre el Estado y la sociedad, realidad que cambio con la instauracion del gobierno militar y la estructuracion de un nuevo Estado 4 .

La relacion del regimen militar, y del general Pinochet en particular, con los sectores populares -el pueblo- casi no ha sido estudiada, y si bien se han analizado algunos grupos y movimientos sociales en el periodo, las perspectivas utilizadas han diferido de lo que aqui se plantea. En efecto, en general los trabajos se han concentrado en la constitucion de los pobladores, en tanto actores contrarios al gobierno militar y protagonistas clave en las jornadas de protesta de los anos ochenta, destacando su caracter de movimiento social y de adversarios de la dictadura 5 . Quienes han optado por un punto de vista mas politico, han centrado su atencion en las organizaciones sociales creadas y controladas por el regimen, como las secretarias de la Mujer y de la Juventud, destinadas a crear una base de poder social. En el caso de las mujeres, sin embargo, se han enfatizado las tendencias conservadoras del mundo militar y en el de la Secretaria de la Juventud, asociada desde sus origenes al Movimiento Gremial de la Universidad Catolica, liderado por Jaime Guzman, en sus propios objetivos politicos, mas que en la logica del regimen 6 .

El presente articulo, contrariamente, busca introducirse en la relacion del regimen militar de Pinochet con los sectores populares, tratando de ahondar en su compleja naturaleza. La presencia de ellos el dia de su funeral da cuenta del respaldo que concito en segmentos de esos grupos, poniendo de manifiesto que la base social con que conto fue mas amplia que la senalada hasta ahora. Desde ese punto de vista, la hipotesis que atraviesa este trabajo sostiene que el regimen, lejos de restringir sus vinculos unica y exclusivamente a los nucleos empresariales, fue a la captura de exponentes de los sectores populares, asociados en la epoca a la izquierda y el centro politico. De acuerdo a nuestro planteamiento, ello habria ocurrido en gran medida porque la guerra declarada al marxismo y la izquierda no buscaba solamente su derrota politica, sino fundamentalmente ideologica, y, por tanto, requeria de estrategias que fueran mas alla de la represion, las que implicaban la resocializacion de los sectores populares. En ese sentido, esa relacion se enmarco en el concepto de guerra contrasubversiva. Esta situacion fue coadyuvada, a su vez, por el contexto de crisis que afecto al regimen a los pocos meses de iniciado, lo que lo obligo a optar por una salida programatica, adoptando las politicas de libre mercado. Todo esto lo indujo a tomar la iniciativa, de modo de asegurar su exito y la imposicion del neoliberalismo-autoritario. El papel de los sectores populares en ese proceso era clave.

Es importante aclarar que este trabajo pretende rastrear el proceso historico de recuperacion de la importancia politica del pueblo como agente legitimador, lo cual supuso complementar la decision de resocializarlo exclusivamente a traves de la represion, con politicas sociales que permitieran su cooptacion. En esa linea, este articulo no estudia las organicas oficialistas (secretarias de la Mujer, de la Juventud, Digeder), sino que utiliza algunas de ellas para evaluar la relacion del regimen con los sectores populares, pues el eje del analisis es la idea de guerra 7 .

“¡Estamos en guerra, senores!”

La noche del 11 de septiembre de 1973, cuando la Junta Militar hizo su primera aparicion publica, el comandante en jefe de la Fuerza Aerea, general Gustavo Leigh Guzman, hizo explicita la naturaleza del nuevo gobierno. En esa oportunidad comunico que el pais estaba en guerra, aunque de un tipo particular, lo cual implicaba una mision especifica. Esta se resumia en la frase: “Tenemos la certeza, la seguridad de que la mayoria del pueblo chileno esta contra el marxismo, esta dispuesto a extirpar el cancer marxista hasta las ultimas consecuencias” 8 . Ello fue ratificado al dia siguiente en la conferencia ofrecida a la prensa extranjera, cuando un desconocido general Augusto Pinochet informo: “La resistencia marxista no ha terminado, aun quedan extremistas. Yo debo manifestar que Chile esta en este momento en estado de guerra interna” 9 . Las palabras de los generales Leigh y Pinochet sintetizaron el pensamiento del nuevo mando, fundado en un acendrado antimarxismo y su decision de hacer de la lucha en su contra el sentido de su existencia. Esto fue reafirmado pocos dias despues por este ultimo, cuando senalo que el gobierno militar no era de transicion, pues su objetivo era transformar economica, social y politicamente al pais, surgiendo un nuevo Chile, razon por la cual solo habia metas, no plazos 10 .

El anticomunismo explicito de Leigh y de los otros miembros de la Junta, reflejado en todos los bandos del dia del golpe, junto a los afanes de transformacion presentes en los discursos de todos los altos oficiales eran parte de un mismo fenomeno: la centralidad de la seguridad nacional. Como ya ha sido establecido, el pensamiento militar latinoamericano de la epoca estaba imbuido de los principios de la doctrina de Seguridad Nacional y de la geopolitica desplegados desde las escuelas de entrenamiento estadounidenses y la influencia francesa, los cuales asignaban a las fuerzas armadas la responsabilidad de la existencia de la nacion. De acuerdo a ello, estas fuerzas deberian apuntar al desarrollo del poder nacional, para lo cual era necesario disenar con claridad los objetivos nacionales. Ambos propositos implicaban el desarrollo economico-social de los respectivos paises y la neutralizacion o eliminacion de todos aquellos elementos identificados como enemigos de la nacion. Asi, el quehacer de las fuerzas armadas se dirigiria no solo a la lucha por la soberania externa, sino tambien contra el enemigo interno y por el poder nacional 11 . Estas teorias se desarrollaron ampliamente en el contexto del auge revolucionario socialista y de crisis del liberalismo de los anos sesenta, favoreciendo una evolucion ideologica de las fuerzas armadas centrada en los peligros desintegradores de la nacion, observables en las apuestas revolucionarias. En ese sentido, la guerra contrasubversiva era la tarea de las dictaduras de “nuevo tipo” instaladas en el Cono Sur americano.

La guerra era entendida a la luz de la teoria de la contrainsurgencia, en el marco de la llegada de la Guerra Fria a America Latina, cuyo eje era la subversion. A partir de una lectura maniquea de la realidad y maligna del comunismo, la subversion era vista como un arma del marxismo internacional dirigida desde Moscu, de contenido ideologico, cuyo objetivo era la destruccion del mundo libre. Desde su punto de vista, los movimientos politicos revolucionarios latinoamericanos eran producto de la guerra psicologica llevada a cabo por el comunismo internacional, que estimulaba la subversion con exito en China, Vietnam o Argelia, donde el objetivo de los subversivos habria sido la “conquista de la poblacion”. La experiencia cubana a comienzos de los sesenta convencio a las autoridades norteamericanas de que el comunismo no seria detenido solo con las armas, sino con la destruccion del atractivo que despertaba, enfrentando esta amenaza global con una “respuesta flexible”, lo que suponia el uso de las mismas armas atribuidas a la subversion. Considerando que la amenaza era fundamentalmente interna, la guerra no seria convencional, sino irregular y contra un enemigo interno. Dados estos puntos nodales, la guerra era entendida como moral y total 12 .

De acuerdo al analisis norteamericano y de las fuerzas armadas de paises como Argentina y Brasil, la subversion comunista buscaba la “conquista de la poblacion”, donde los exitos militares propiamente tales no eran lo mas importante, sino la conquista fisica y psicologica de los habitantes, toda vez que el proposito de la insurgencia era el control de las “mentes”. En este sentido, se entendia que los metodos subversivos eran politicos y psicologicos, los cuales buscaban manipular al pueblo para ganarse su confianza, utilizando herramientas que excitaran emocionalmente a las masas, las desmoralizaran e infiltraran las mas variadas organizaciones sociales: la Iglesia, organizaciones estudiantiles, sindicatos, organismos vecinales y profesionales, entre otros. Por ello esta era una guerra moral, en tanto el enemigo era visto como inmoral y perverso, sintesis del mal absoluto, decidido a debilitar a la poblacion para asi lograr su control total. Su derrota revestia una lucha moral. Siendo asi, la guerra solo podria ser ganada con la misma fe profesada por el enemigo, haciendo uso de identicas tecnicas de guerra psicologica, de propaganda y oponiendo una alternativa ideologica: la guerra contrasubversiva era la guerra total. El enemigo debia ser vencido, siendo imposible cualquier tipo de transaccion o negociacion. Era una guerra politica, economica y psicosocial y solo en ultimo termino militar. De alli que no hubiera distincion entre la paz y la guerra, pues esta ultima era permanente y alcanzaba todos los ambitos. La conquista de la mente de la poblacion era el objetivo central.

Estas tesis alcanzaron amplia difusion entre los militares del Cono Sur americano, especialmente en Argentina y Uruguay, paises con movimientos guerrilleros activos desde fines de la decada del sesenta: los Montoneros y el ERP en el primer caso, y los Tupamaros en el segundo. En Chile, si bien en 1965 nacio el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), reivindicando la lucha armada y realizando algunas acciones de ese tipo hacia fines de esa decada (asaltos a bancos), este nunca constituyo una guerrilla propiamente tal. Hasta esa fecha era un partido pequeno, sin mucho impacto politico, aunque si muy visible. Por su parte, el grupo mas radicalizado dentro de los socialistas tampoco habia logrado imprimir su sello al partido, como quedo en evidencia en el triunfo de la linea electoralista en 1969-1970 y el caracter minoritario de los elenos. Entre los comunistas, la via armada no tenia cabida. En pocas palabras, la mayoria de la izquierda chilena de la epoca era partidaria de una via pacifica, institucional, de tendencia antiimperialista y antioligarquica 13 . Si bien en Chile la izquierda radicalizo su discurso y apoyo acciones de violencia no armada -tomas de terrenos urbanos y rurales, huelgas ilegales, etc.-, estas no revestian una amenaza militar, ni tenian una capacidad de fuego real. Esto es importante, porque si bien las fuerzas armadas chilenas recibieron el influjo de las tesis de la contrainsurgencia y la doctrina de Seguridad Nacional en los sesenta, ella fue leida como una teoria y mas bien referida a una realidad lejana, aunque la Revolucion cubana le imprimiera una mayor actualidad. Como se ha planteado, la lectura contrasubversiva se mezclo con los conflictos que en esa epoca tenian estas fuerzas con el gobierno democratacristiano por razones presupuestarias, y se ligo menos con una amenaza subversiva real. Mas aun, esta doctrina tambien tuvo una lectura centrada en la urgencia del desarrollo economico y social, por lo que se destaco mas su utilidad como un arma efectiva para neutralizar dicho peligro, que sus aspectos represivos y psicologicos 14 . En otras palabras, para 1970 la guerra contrasubversiva no era un tema candente entre las fuerzas armadas chilenas, situacion muy distinta de la realidad argentina.

Ello cambio en alguna medida durante la Unidad Popular, conforme se fue agudizando la crisis politica, economica y social, producto del enfrentamiento surgido por la creacion del Area de Propiedad Social. Aun asi, nunca hubo entre los uniformados una opinion unanime respecto del proceso socialista, fluctuandose entre posiciones conspirativas y otras que interpretaron tal proyecto como una oportunidad nacionalista tercermundista de desarrollo 15 . No obstante, hacia fines del gobierno socialista se fue produciendo, entre importantes segmentos de los altos mandos de las tres ramas -aunque no de todos sus comandantes en jefe-, una interpretacion comun de la realidad, en el marco de la seguridad nacional. Ello quedo en evidencia en el memorando que prepararon a raiz del Tancazo del 29 de junio de 1973, donde analizaban la situacion del pais en relacion a la crisis tanto del frente externo como el interno. De acuerdo al documento, Chile se hallaba amenazado por el fraccionamiento social, la paralisis economica, la indisciplina social, las tomas ilegales, el debilitamiento del sentido de autoridad y el clima de violencia que destilaban los medios de comunicacion. El memorando tambien hablaba de la gravedad que revestian los grupos para-militares 16 . Esta preocupacion se expreso en la aplicacion a partir de julio de 1973 de la Ley de control de armas, la cual entrego a las Fuerzas Armadas su ejecucion, sin necesidad de una orden judicial, produciendose allanamientos a cordones industriales con gran violencia. En consecuencia, en el caso chileno no existio una amenaza armada revolucionaria real, como si ocurrio en Argentina, donde la guerrilla ataco incluso instalaciones militares y puso en jaque el monopolio de la violencia, comenzando la represion antes del golpe de marzo de 1976 y acentuandose con posterioridad 17 . En la experiencia chilena fue el problema de la propiedad privada y la capacidad de la oposicion para agudizar el clima confrontacional -movilizando a mujeres y jovenes universitarios contrarios al gobierno, gremios profesionales y empresariales paralizados- lo que determino el golpe militar. Esta situacion agudizo el anticomunismo historico de las Fuerzas Armadas y facilito su desplazamiento politico. Los bandos del dia 11 y siguientes asumieron los planteamientos de la seguridad nacional y centraron la responsabilidad practicamente total de la crisis en el gobierno depuesto y en los partidos marxistas que lo sustentaban. Era una crisis economica, politica y social, y muy limitadamente militar.

Ello explica el impacto que provoco la violencia del dia 11 de septiembre, las ejecuciones de los dias posteriores y la transformacion de centros deportivos en campos de prisioneros politicos, aunque para muchos oficiales ello correspondia a la dosis de violencia necesaria en un caso de golpe 18 . No obstante, de ese estadio represivo muy pronto se paso a otro, cuyas expresiones mas simbolicas fueron el supuesto plan de autogolpe del gobierno socialista, o Plan Z, y la denominada Caravana de la Muerte, ambas en 1973.

El Plan Z, como es sabido, fue una acusacion lanzada en octubre de 1973, segun la cual el gobierno socialista planeaba instaurar una Republica Democratica, al estilo de las existentes en Europa Oriental o Asia, procediendose a la eliminacion fisica de altos oficiales de la Fuerzas Armadas y de Carabineros, asi como de dirigentes politicos y gremiales opositores. El plan habria sido afinado en el mes de agosto 19 . El anuncio del Plan Z fue hecho con gran despliegue comunicacional, acompanado de imagenes de supuestos hallazgos de armas en industrias o “enterramientos” 20 . Asimismo, la Editorial Gabriela Mistral -sucesora de Quimantu- imprimia discursos, folletos y articulos de autores opositores al gobierno caido, que daban estatus de verdad a los planes descubiertos 21 . Debe entenderse que el estado de guerra interna declarado implicaba el control de la informacion, cuya unica fuente eran las autoridades oficiales. En ese sentido, todos los medios de comunicacion que circulaban se nutrian de un mismo emisor, lo cual supuso que toda la prensa confirmara con sus escritos las afirmaciones oficiales.

La denuncia de este supuesto plan 22 respondia a diferentes problemas del momento. Por una parte, la violencia exhibida el dia del golpe requirio de una justificacion; pero lo mas importante, sin embargo, fue la situacion de aislamiento internacional en la que rapidamente quedo el regimen militar chileno, fruto precisamente del impacto que produjeron las violaciones a los derechos humanos en el exterior, y no solo en el mundo socialista, creando una situacion inesperada para las nuevas autoridades. El rechazo internacional a los acontecimientos ocurridos en Chile se hizo explicito en la Asamblea de las Naciones Unidas del 8 de octubre de 1973 -y las sucesivas condenas a partir de 1974-, cuando la presentacion del canciller chileno, vicealmirante Ismael Huerta, provoco el abandono de la sala de casi todos los presentes, simbolo de la soledad que acompanaria al nuevo regimen. De hecho, el gobierno se sintio en la necesidad de publicar un texto que rebatiera la imagen externa del golpe y de los hechos posteriores y permitiera un “conocimiento exacto de las ideas y principios que inspiran la accion del nuevo gobierno de Chile” 23 . Si el golpe habia sido legitimado por un porcentaje significativo del pais, la nueva situacion internacional requirio del uso de herramientas de guerra psicologica. A ellas se sumaron dias mas tarde, las acciones de la Caravana de la Muerte, que dejo un resultado de 72 personas ligadas a la Unidad Popular asesinadas en distintos regimientos del pais, bajo el argumento de que estaban involucradas en el Plan Z y que el contexto era de guerra 24 .

En otras palabras, fue la situacion de ilegitimidad que afecto al regimen lo que impulso las teorias contrainsurgentes y la invencion del Plan Z, lo cual justificaria el terrorismo de Estado, acercandose a sus congeneres argentinos, aunque con realidades muy diferentes. Este aspecto de la guerra fue continuado con la creacion de la Direccion de Inteligencia Nacional (DINA), el mas importante -aunque no el unico- organismo de seguridad del regimen militar chileno. La represion organizada institucionalmente buscaba detener la influencia de las corrientes socialistas, a traves de la practica de la tortura, el asesinato, la desaparicion forzada de personas y la guerra psicologica, paralizando a la poblacion, y no a traves de politicas cooptativas. El eje estaba en la represion 25 .

En ese contexto, Pinochet y las Fuerzas Armadas asumieron todo el arsenal conceptual y practico de la guerra contrasubversiva y declararon a Chile en guerra interna y externa, pues las condenas de las Naciones Unidas a partir de 1974 unificaron a estas fuerzas y sus partidarios, buscando formar un solo frente a la guerra, personificado en el general Pinochet 26 .

Esta perspectiva belica de la realidad -Chile como fortaleza sitiada por el comunismo y en guerra con el- fue sostenida por todos quienes constituian el regimen militar, incluyendo a los partidarios civiles. Parte clave de esto fue la mantencion de un tipo de periodismo “ariete”, como el que se habia usado durante la experiencia socialista, a traves del trabajo de columnistas y periodistas que siguieron activos en la misma tarea con posterioridad al golpe (Rafael Otero de la revista Sepa , Daniel Galleguillos del diario Tribuna , Manuel Fuentes W. de Patria y Libertad ), todos cobijados en el diario La Segunda , perteneciente a la red de El Mercurio hasta 1978. Sus columnas mantuvieron el tono y la tonica de sus anteriores escritos. Papel similar jugaban los comentarios en el noticiero de Television Nacional del joven abogado Jaime Guzman -antes columnista estable de la revista Pec -, por uno de los cuales estuvo amenazado de excomunion 27 .

Otra manera de ganar las mentes de la poblacion fue denunciar las formas de actuar de la subversion, de modo que ella pudiera resistir su agresion propagandistica. Tal fue el sentido de negar las informaciones discordantes de la oficial y desacreditar los “rumores”, justificando la censura por la amenaza que afectaba al pais, “de tal manera que las noticias que se propalen no beneficien los propositos de quienes combaten contra la patria [...] como que miles de cadaveres flotan en el rio Mapocho [...] los soldados allanan [...]“ 28 . Si bien es posible que las publicaciones citadas no llegaran a una gran mayoria, ellas tenian su simil en la television, especialmente -aunque no de forma exclusiva- en Television Nacional. Las notas periodisticas transmitidas en otros canales incluian igualmente informaciones de este tipo, como ocurrio durante una visita oficial de la prensa chilena y extranjera al Estadio Nacional para observar el “buen estado” en que se encontraban los detenidos, como explicaba el coronel de Ejercito Jorge Espinoza Ulloa, o la supuesta resistencia armada de la Unidad Popular en algunas fabricas, como informaba el periodista de Canal 13 Claudio Sanchez 29 .

Esta imagen de la izquierda chilena y de lo que habia sido la experiencia socialista buscaba legitimar las acciones y politicas de seguridad del regimen, rechazando las acusaciones internacionales y la cada vez mas critica posicion de la Iglesia catolica chilena, en un esfuerzo por dominar los imaginarios de la poblacion. Chile estaba en guerra con el comunismo sovietico, cuyo unico resultado debia ser su derrota, como explicitaba el gremialismo universitario: la “FEUC [...] esta convencida que la reconciliacion entre los chilenos en la unidad nacional, exige necesariamente la derrota definitiva del marxismo en nuestra patria” 30 , pues se trataba, segun el vocero oficial de la Junta, Federico Willoughby, de “una guerra de inteligencia” 31 . En pocas palabras, era un conflicto ideologico.

Consistente con esta perspectiva, la declaracion de guerra excedia el punto de vista mas “militar” y evidente, extendiendose a otros frentes de combate mas bien psicosociales, toda vez que se aspiraba no solo a la derrota politica, sino ideologica del marxismo, inmediatamente despues de conseguida la militar. Si bien hasta aqui hemos recalcado el aspecto represivo-psicologico, la guerra, precisamente por ser ideologica, tenia un sentido mayor.

Las diferencias con las dictaduras de Argentina y Uruguay son notorias, en primer lugar, porque en esos casos efectivamente los grupos guerrilleros constituian una amenaza militar real, lo que explico el respaldo social que en Argentina recibio la lucha antiguerrillera y la represion desde 1975. Ademas de eso, en Argentina la tarea de extirpacion de la subversion se concentraba en gran parte en la represion, y la resocializacion, si cabe hablar de ello, se remitio a la educacion y el poder dado a la Iglesia catolica, partidaria del golpe y del tipo de Estado impuesto. En el caso de Chile, si bien el golpe no enfrento un peligro militar como ese, la situacion internacional y la necesidad de legitimar la violencia empleada dieron alas a las tesis contrasubversivas, que adquirieron consistencia para 1976, cuando Pinochet declaro al marxismo intrinsecamente perverso, con todas las argumentaciones de la contrasubversion 32 . No obstante su semejanza con sus congeneres del Cono Sur, la dictadura chilena hizo una lectura mucho mas ideologico-programatica, pues se apuntaba a algo mucho mas profundo, relacionado con la forma en que la poblacion entendia la politica y como se relacionaba con los partidos. En la medida en que no existia una guerrilla real, la lucha contra el marxismo debia asumir formas mas sofisticadas y decididas. Lo que se buscaba era su completa derrota en el imaginario popular y en sus variadas redes sociales, pues “Aspiramos a derrotar al marxismo en la conciencia de los chilenos” y, por lo mismo, “resulta imperioso cambiar la mentalidad de los chilenos” 33 .

Por ello, la guerra no se agotaba en la lucha mas evidente contra el marxismo, sino que alcanzaba los graves problemas del subdesarrollo. En general los analisis sociologicos y politologicos de la epoca sostenian la existencia de una intima relacion entre el subdesarrollo y la seduccion alcanzada por el marxismo, mientras este ultimo atribuia la pobreza al capitalismo, auspiciando la urgencia de derrotarlo, como condicion de la superacion del atraso y el camino al desarrollo. La centralidad que este tema alcanzo desde los anos sesenta involucro a las fuerzas armadas chilenas, las que -al menos en lo relativo al Ejercito y la Fuerza Aerea-, se sumaron a los proyectos de cambio estructural que apuntaban a modificar la estructura agraria, estimular la industrializacion y solucionar los graves problemas sociales existentes. Al momento del golpe, la oficialidad tenia clara la necesidad de enfrentar el problema economico-social, porque eso favorecia el avance ideologico del marxismo. Ello era acicateado, ademas, por el profundo escepticismo respecto de la clase politica, a la que se responsabilizaba del fracaso en ese ambito. En ese sentido, confluian en la optica militar las tesis de la seguridad nacional y la evolucion que el pensamiento militar habia tenido desde comienzos de los sesenta 34 .

Esto, que se reflejo desde los primeros discursos castrenses con posterioridad al golpe, se relacionaba con el problema de los plazos: “se requiere que por un periodo mas o menos largo el pais sea sometido al esfuerzo ordenado y a un sacrificio compartido para erradicar de Chile el hambre y la miseria, elevar el nivel de vida de sus habitantes y alcanzar un lugar de privilegio entre los pueblos del mundo civilizado” 35 . Por eso, el sentido de la intervencion militar no se remitia solo a la reconstruccion de la institucionalidad quebrantada -como senalaban los bandos- y la “unidad nacional perdida”, sino que, en sus palabras, “proclamamos como nuestro objetivo mas inmediato alcanzar el desarrollo economico y la justicia social que tanto anhela nuestro pueblo” 36 . Ello se traducia en la participacion de tecnocratas en los disenos de esas politicas, de modo de detener la espiral inflacionaria, activar el sistema productivo y conectarse al mercado externo. Para la oficialidad, el mejoramiento economico era lo que haria posible un mayor bienestar social, ayudando a neutralizar el atractivo marxista. Esta preocupacion por el tema socioeconomico se corporizaba, de preferencia, en el problema de los mas desposeidos, aquellos con menos posibilidades de cambio, los antes denominados marginales y ahora identificados como extremadamente pobres. Asi lo planteaba el principal documento emanado del mundo militar:

“La extrema pobreza atenta contra la dignidad y priva al pais de la plena utilizacion de su potencial humano; luego la marginalidad activa y pasiva seran combatidas hasta reducirlas, en el corto y mediano plazo y, en definitiva lograr obtener la erradicacion de la pobreza. Esa sera una de las tareas prioritarias del gobierno [para lo cual] se volcaran los recursos de los distintos sectores y ministerios que deben comprometerse en esta accion” 37 .

Desde ese punto de vista, la prioridad que alcanzaba el campo economico y social se asentaba en la seguridad nacional, la que requeria de “objetivos nacionales” claros. El documento que citamos corresponde al primero de estos objetivos, conocido como Lineas de accion , emanado del mundo militar en marzo de 1974. En el se reflejaba la relacion entre lo economico y lo social, concebidos como partes de un mismo problema, el desarrollo integral. En esta primera etapa, y hasta 1975, ambos aspectos debian ser estimulados simultaneamente, pues eran interde-pendientes:

“El proceso de desarrollo de un pais es uno solo y debe ser organico. Esto es, apuntar a lo economico y a lo social a la vez. Si la concepcion o las acciones de una politica de desarrollo se limitan o se centran en exceso en uno de estos campos, se producen serias tensiones y presiones sociales, todos ellos factores de desintegracion y, por ende, de debilitamiento de la seguridad nacional”;

porque, finalmente, el desarrollo economico era la base del “poder nacional” 38 . Esta forma de entender el problema es lo que explica por que la lucha contra la subversion no se agotaba en su area mas visible, sino que era una guerra social: tener exito en aquello en que los civiles habian fracasado y los marxistas habian utilizado.

Ya para 1976, las tesis de la seguridad nacional habian avanzado lo suficiente como para que sus logicas estuvieran permeando el pensamiento y quehacer militar. De acuerdo a este punto de vista, la agresion comunista internacional infiltraba los paises y sus organismos sociales para debilitarlos y prepararlos para la embestida final:

“nuestra reciente experiencia nacional confirma este analisis. Se acentua asi la relacion entre seguridad y desarrollo nacional, ya que obviamente todas aquellas lacras propias de una institucionalidad anticuada, del subdesarrollo economico y de la injusticia social, crean condiciones de inestabilidad politica y en ultima instancia conforman una latente y poderosa amenaza a la seguridad nacional, al ser explotadas por activistas”.

Si la seguridad nacional era una tarea del gobierno destinada a garantizar la supervivencia de la nacion, se hacia evidente la

“absoluta dependencia entre seguridad y desarrollo [...] el desarrollo tiende al incremento del poder nacional, al mejoramiento de la posicion del pais en el ambito internacional y asegurar a la poblacion [...] un modo de vida adecuado y digno [...] superando las condiciones de miseria e injusticia social, como es nuestro caso nacional. Es decir, se sigue el camino de la evolucion propia del desarrollo, para evitar el dano de una revolucion y su amenaza a la seguridad” 39 .

Derrotar esa amenaza implicaba una lucha economica y social.

Nuevamente en este plano, habia claras diferencias con las otras dictaduras del Cono Sur, las cuales atribuian la subversion al caracter maligno y perverso del comunismo sovietico, pero no lo relacionaban con el subdesarrollo y la pobreza. En Chile, contrariamente, este problema reunia la preocupacion de gran parte del Ejercito y de la Fuerza Aerea, siendo la radicalizacion politica de algunas de las barriadas marginales la mas abierta expresion de la triada subdesarrollo-pobreza-subversion. La derrota del enemigo suponia no solo su exterminacion represiva, sino tambien la urgencia del desarrollo. Es interesante que en el caso argentino la preocupacion por un proyecto politico solo haya aparecido cuando la subversion fue totalmente controlada, en 1978. En Chile, ya en octubre de 1973 se hablaba de metas y refundaciones, lo cual tenia su origen en el inmediato control del pais y las tendencias de reforma economico-social existentes en importantes sectores militares.

Desde ese punto de vista, las palabras del general Leigh la noche del 11 de septiembre explicitaron el tipo y extension de la guerra a la que se enfrentaban las Fuerzas Armadas chilenas, aunque, posiblemente, la poblacion no lo comprendiera a cabalidad: la guerra total contra el marxismo. Era una guerra por las mentes de la poblacion, objetivo que requeria de luchas en distintos frentes: represivos, pero especialmente economicos y sociales. En ese sentido, concordamos con Brunner en cuanto a que el golpe implico una contraofensiva hegemonica por parte de la alianza militar-burguesa-tecnocratica, que suponia crear una nueva concepcion de mundo que cambiaria esas mentes. Esta se nutriria de cuatro fuentes fundamentales, dos de las cuales eran la seguridad nacional y la matriz insurreccional que gesto la intervencion militar y aporto el sentido de la lucha 40 . Esta nueva concepcion de mundo debia tener el sello de la guerra emprendida.

El “pueblo”: una necesidad politica

Los aviones de guerra sobrevolando el palacio presidencial de La Moneda la manana del 11 de septiembre, procediendo pocos minutos despues a su bombardeo, simbolizaron la ruptura de las Fuerzas Armadas, y de los civiles que los respaldaban, con el mundo popular, pues el ataque pretendia la derrota del “gobierno del pueblo”. El palacio en llamas era el fin del sueno socialista popular. Esta imagen emblematica acompano la historia y el imaginario del regimen militar, asociado al empresariado, la clase alta y el capital extranjero. El marxismo habia soliviantado al pueblo, responsable de la debacle ocurrida, por la que debia responder. El pueblo debia volver a su lugar 41 .

Este deseo de ruptura con el pasado se expreso en un rechazo a La evolucion politica que el pais habia tenido desde 1938, en el cierre del Congreso, la ilegaliza-cion de los partidos de izquierda, el receso de los otros y el fin de una cultura pluralista, asi como la suspension de los derechos sociales y laborales de los trabajadores. Los discursos posteriores al golpe estaban imbuidos de antiliberalismo, de rechazo a los partidos, a los politicos y a todo aquello que habia hecho de Chile una excepcion latinoamericana en el siglo XX. El golpe debia iniciar una nueva epoca. No obstante, hubo un actor que, pese a su carga politica, no fue expulsado del imaginario nacional y del lexico de las nuevas autoridades: el “pueblo”. Durante todo el gobierno militar, el “pueblo” constituyo un termino central del discurso oficial, al que nunca se renuncio y que siguio actuando como principal agente de legitimidad. Es interesante que un regimen que se presento como antagonista del gobierno del pueblo y representante de los intereses capitalistas y burgueses, mantuviera un discurso de identificacion con el derrocado. En efecto, uno de los primeros bandos senalaba “Las fuerzas armadas [...] reiteran una vez mas que la lucha no es contra el pueblo de Chile, sino que en defensa de ese pueblo que ama la libertad. En defensa de esa mayoria absoluta que repudia el marxismo”. Mas aun, el bando dirigido a los trabajadores explicitaba que el proposito del nuevo gobierno “sera el logro de una efectiva justicia social, la que no sera jamas lograda en el engano, la promesa facil, la prebenda o la criminal division de nuestro pueblo, sino con el trabajo honesto, vocacion comunitaria y unidad de intereses” 42 . Para comienzos de la decada de los setenta en Chile, el “pueblo” estaba representado por todos los explotados, urbanos y rurales, siendo un termino de fuerte contenido clasista. Mas todavia, parte sustantiva de los grupos que lo constituian (obreros, campesinos, pobladores, etc.) se identificaban politicamente con los partidos de la izquierda, aunque la influencia de la Democracia Cristiana se incremento desde fines de los sesenta. Con todo, la identificacion con socialistas y comunistas -y, por ende, con el marxismo- aparecia como la mas relevante: en el imaginario general, el pueblo era de izquierda.

Sin embargo, y como se ha visto, las Fuerzas Armadas justificaban su accion en defensa del pueblo. Ello en parte era asi, porque dichas instituciones -el Ejercito y la Fuerza Aerea- tenian plena conviccion de identificarse con sus intereses y anhelos. De acuerdo al general Leigh, las Fuerzas Armadas y el cuerpo de Carabineros estaban integrados por exponentes de todos los estratos sociales: “Entre los oficiales predominan de la clase media alta, media y baja, y los suboficiales, de la clase media y baja. Es decir, las fuerzas armadas y carabineros tienen un legitimo origen en la raiz del pueblo de Chile”. Por su parte, el general de Ejercito Sergio Nuno coincidia en que “A traves del contacto diario con ellos [los reclutas] y con las otras generaciones es como un militar llega a adentrarse en el espiritu de lo que es el pueblo chileno”. Por ello, el secretario general de Gobierno, coronel Pedro Ewing, era enfatico al decir “A mi no me van a ensenar cuales son las necesidades y caracteristicas de nuestro pueblo. Conozco sus problemas, a traves del contacto con mi tropa y de sus familiares” 43 . Desde ese punto de vista, el propio pensamiento militar impedia una ruptura explicita con quien habia dominado el debate politico en los ultimos diez anos y habia sido el protagonista principal de la experiencia socialista. Esta autopercepcion militar de ser la “encarnacion” del pueblo de Chile estaba imbuida, ademas, de sentimientos antioligarquicos -presentes a lo largo del siglo-, los cuales actuaban como obstaculo a una identificacion plena y excluyente con la clase alta y empresarial. Las Fuerzas Armadas que llegaron al golpe, a pesar de su anticomunismo, aun no habian terminado de redefinir sus alianzas sociales.

Es probable que la imposibilidad de romper totalmente con el discurso preva-lente antes al golpe, a pesar del deseo explicito de quebrar con el pasado, se relacionara tambien con la dificultad que tienen los regimenes posrevolucionarios de enfrentar el “medio cultural denso” desarrollado en ellos. Mas que destruirlo, aunque el discurso asi lo senale, el nuevo poder lo “resignifica” 44 . La viabilidad del gobierno dependia tanto de la represion como de la legitimidad que pudiera lograr. Apropiarse de la palabra pueblo, resignificada, era una necesidad. Es importante tener presente, ademas, que la idea de pueblo entre los uniformados va asociada a la nacion, enfatizando la idea de unidad y comunidad, pues, a diferencia del termino clase, la nacion une a sectores sociales diversos en un mismo destino y un mismo origen respecto de un “otro”: nosotros versus ellos. En el caso que comentamos, se puede apreciar que la nacion-pueblo incluia a todos, salvo a los marxistas. El pueblo fue definido por el mundo militar como aquel que amaba la libertad y repudiaba el marxismo y sus intentos de dividirlo. En ese sentido, las Fuerzas Armadas no renunciaron a la palabra “pueblo”, pero la redefinieron. Esto quedo claro en el Bando Nº 6 ya citado:

“Esta mayoria multitudinaria de obreros, empleados, profesionales, estudiantes, amas de casa a todo nivel [que] estan respaldando en forma total este movimiento militar de liberacion nacional, contra el hambre, la pobreza, la miseria, el sectarismo y los mercenarios del marxismo que estaban asesinando a nuestro pueblo” 45 .

Los sujetos sociales nombrados correspondian a las cabezas visibles de la lucha contra la Unidad Popular, salvo la ausencia, sintomatica, del empresariado. En efecto, el pueblo en nombre de quien se hacia el golpe estaba constituido por trabajadores, representados por dirigentes antimarxistas como Guillermo Medina, del mineral El Teniente; empleados publicos como Hernol Flores o Tucapel Jimenez, dirigentes de la ANEF; profesionales, como Julio Bazan, presidente del Frente de Profesionales y funcionario de El Teniente antes de su nacionalizacion; los abogados, medicos, ingenieros y profesores, que se sumaron a las movilizaciones; el estudiantado universitario democratacristiano, pero especialmente el gremialista de la FEUC -unica federacion que siguio funcionando despues del golpe-; duenas de casa, como las participantes de la Marcha de las Ollas Vacias de diciembre de 1971, vinculadas al Frente Democratico de Mujeres, el Poder Femenino o la organizacion civica-fami-liar, SOL; y otras agrupaciones contrarias a la Unidad Popular. En pocas palabras, el pueblo era aquel que se habia levantado contra el gobierno socialista y formado parte del bloque insurreccional que propicio la intervencion militar. El regimen que nacia era representante y expresion de ese pueblo, que claramente excluia a importantes sectores populares aunque mantuviera la apariencia de comunidad.

Esto es importante, porque hace coherente el caracter de la Direccion de Organizaciones Civiles, creada en octubre de 1973, como expresion del apoyo social con que contaba el nuevo regimen, dependiente de la Secretaria General de Gobierno. Esta ultima fue creada durante los anos de la Unidad Popular y reestructurada por el gobierno militar, de modo de permitir la coordinacion entre los ministerios y la Junta, las tareas de difusion y la creacion de la Coordinacion Juridica que reemplazaria al Congreso. A su vez, se amplio el “departamento que tiene que ver con los grandes sectores de la poblacion, bajo el nombre de Direccion de Organizaciones Civiles. Asi tendremos un contacto estrecho con la actividad gremial [...] la juventud [...] la mujer” 46 . En consecuencia, de dicha Direccion surgieron las tres secretarias que organizarian los apoyos: la Secretaria Nacional de la Mujer, la Secretaria Nacional de la Juventud -en manos gremialistas- y poco despues la Secretaria Nacional de los Gremios, que reunia a ciertas organizaciones laborales. Tres lideres de la lucha antiallendista -Eduardo Boetsch, Gisela Silva y Jaime Guzman, todos del Movimiento Alessandrista- sugirieron la necesidad de mantener activos dichos movimientos y redireccionarlos en apoyo al nuevo gobierno. Tal sugerencia es consistente con la naturaleza de la lucha contra la Unidad Popular que ellos habian dado: fueron agentes clave en la movilizacion social y la estructuracion del denominado Poder Gremial. Los tres participaron en la organizacion de las manifestaciones realizadas por las mujeres, especialmente el Poder Femenino, como relato Elena Larrain, una de sus dirigentas, a la historiadora Margaret Power: “sostuvo reuniones semanales con destacados representantes de la derecha independiente, para analizar la situacion politica y planificar las proximas actividades [...] con Jorge Alessandri [...] Eduardo Boetsch, ex dirigente de Chile Libre, y Jaime Guzman” 47 . En ese sentido, esta iniciativa era una prolongacion de la politizacion experimentada en los ultimos anos y que habia abierto las puertas del mundo popular a estos sectores de la derecha, que se constituirian en el pilar fundamental del regimen militar. Segun Carlos Huneeus, la idea de organizar el apoyo civil, especialmente el de la juventud, provino de Jaime Guzman, un par de meses despues del golpe, influido por el franquismo y el ejemplo de su Frente de Juventudes. Tal como se desprende de nuestra argumentacion, los apoyos civiles al regimen solo fueron reorganizados y no creados, contando para el momento del golpe con cierta estructura interna, lideres y redes sociales. Desde ese punto de vista, estas organicas fueron frutos mas de la evolucion politica vivida por esta nueva derecha en la ultima decada que de los referentes foraneos.

En el caso de la Secretaria de la Mujer, y aunque el gobierno dijo ser su creador, en realidad se trataba de una refundacion, pues ya existia desde septiembre de 1972, como organismo asesor del gobierno en la elaboracion y ejecucion de politicas relacionadas con la incorporacion de la mujer y la atencion del nino 48 . Su refundacion en octubre de 1973 refleja lineas de continuidad, a la vez que las resignificaciones en marcha. El nuevo “pueblo” iniciaba su era.

De acuerdo a Carla Scassi, primera secretaria de la Mujer, “El imperativo de hoy es la accion, ya que los problemas de Chile son urgentes y no podemos esperar”. Este sentido de continuidad entre la lucha contra la Unidad Popular y el respaldo al nuevo gobierno quedo claramente expresado en las palabras de Gisela Silva, para entonces directora de Organizaciones Civiles:

“La mujer debe entender que entre las cacerolas tambien puede servir a Chile. Creemos muy importante abrir un campo de participacion a la mujer pobladora, a la mujer fun-cionaria y a la inmensa masa de la clase media femenina que tiene afan de progreso y que fue el principal soporte de Chile en la lucha contra el marxismo [...] Creo que nuestra gran tarea es integrar, para superar las divisiones que en Chile fomentaron los partidos politicos. Todo campo de divisiones es explotado por el marxismo” 49 .

Coincidia con ello el coronel Ewing, quien explicaba que las secretarias de la Mujer y de la Juventud pretendian encauzar

“su entusiasmo y su trabajo en una accion de apoyo nacional a la gestion del gobierno [...] A traves de la Secretaria de la Juventud se busca su integracion a las tareas de gobierno [...] Se trata de limpiar a la juventud de las pasiones politicas y de los odios y de reensenarle los valores nacionales y morales” 50 .

El Movimiento Gremial, por su parte, consideraba que el golpe no habia sido un cuartelazo, sino

“la culminacion de una larga y heroica lucha civil a traves de la cual la mayoria del pueblo chileno termino exigiendo la sustitucion de un gobierno ilegitimo, fracasado y de clara tendencia marxista. De ahi que sobre el gremialismo pesa la enorme responsabilidad de no defraudar el compromiso que en este combate contrajo con Chile” 51 .

Por ende, el movimiento no debia ser desactivado. Paralelamente, se intervino la Coordinadora de Centros de Madres (COCEMA), decretandose el cese de las funciones de todas las representantes de estos centros que formaban parte de las federaciones, uniones comunales y agrupaciones, quedando en receso “hasta nuevo aviso”. La COCEMA fue reorganizada como CEMA-Chile, pasando a coordinar todas las actividades de los centros de madres, razon por la cual todos debian registrarse en el organismo central, el cual quedaria bajo la dependencia de intendencias, gobernaciones o subdelegaciones. En marzo de 1974, CEMA-Chile seria transformada en una institucion privada 52 . De modo similar naceria la Secretaria de los Gremios, con el fin de dar “continuidad a la accion politica de esos grupos [sindicatos antisocialistas] de manera de apoyar la gestion del regimen”, aspirando a integrar a pequenos y medianos empresarios con los sindicatos 53 .

La mezcla entre la declaracion de guerra, la redefinicion de pueblo y la creacion de estas organicas de apoyo reflejaba la division social que en la practica estaba produciendose. Es revelador que no se organizara una secretaria de los Pobladores -entregados al Departamento de Evaluacion y al Ministerio del Interior- especialmente porque ella fue creada por la Unidad Popular en septiembre de 1972, junto con la de la Mujer 54 . Tampoco hubo una para los campesinos, ambos considerados los actores mas conflictivos del periodo socialista, tanto por sus importantes grados de organizacion y de autonomia alcanzada, como por la amplitud de tomas de terrenos y la abolicion del latifundio que llevaron a cabo, destruyendo el viejo orden para siempre. De esto podria deducirse que los temores de la Iglesia catolica, una vez ocurrida la intervencion, no estaban lejos de la realidad. En efecto, dando cuenta de los sucesos de septiembre, se temia por la declaracion de guerra hecha: “Cualquiera interpretacion del antimarxismo del gobierno en el sentido de perseguir opiniones, significaria declarar la guerra a mas del 40% de los chilenos y entraria en contradiccion con lo afirmado por el general Pinochet: ‘No habra vencedores ni vencidos’” 55 . Esta reflexion de la revista explicitaba la division social en marcha. Pobladores y campesinos no serian abandonados a su suerte, pese a la represion que cayo sobre ellos, pues constituian motivo de gran preocupacion para las Fuerzas Armadas, por lo que fueron incorporados dentro del problema de la “extrema pobreza”, cuestion que debia ser enfrentada. En ese sentido, su ausencia de las secretarias no implicaba despreocupacion, pero si que no constituirian formalmente parte de los grupos de apoyo organizados desde la Secretaria General de Gobierno, a la vez que la relacion tendria un caracter vertical mas acentuado. Ello se vinculo, quiza, con el hecho de que en ambos grupos sociales no existio un movimiento antisocialista tan estructurado como en los otros casos; la Junta no tenia un enclave en esos lugares, como si lo tenia entre segmentos obreros, mujeres y estudiantes. Asimismo, el control de campesinos y pobladores era un imperativo y, por tanto, se buscaria decididamente su desmovilizacion, al contrario de lo que ocurria con sus aliados. En otras palabras, se organizaron los apoyos en aquellos grupos donde ya se tenia una base, pero buscando tomar su control, articulando un mayor dirigismo, acorde a las directrices del oficialismo. Las secretarias creadas y las ausentes reflejaron la decision resignificadora que guiaba a las nuevas autoridades, en tanto se abandono el sentido de asesor de politicas y de consolidacion con que esos movimientos sociales fueron creados, para transformarlos en un respaldo a las decisiones desde el gobierno 56 . Ese seria el pueblo que acompanaria a la Junta; el otro pueblo, el de los pobres, estaba excluido.

No obstante, la realidad impondria otras exigencias. Tal fue, en parte, el contexto internacional que aislo a Chile, lo cual determino la necesidad de mostrar al mundo que se trataba de un regimen con fuerte apoyo social. Con este fin se realizaron algunas manifestaciones publicas los 11 de septiembre de los primeros anos, organizadas por las secretarias de la Mujer y de la Juventud 57 . En aquellas ocasiones, el presente era el pueblo resignificado.

Peor aun, desde 1974 la agudizacion de la crisis economica y social puso al pueblo real, los pobres, en el centro del problema politico. En efecto, durante ese primer ano la inflacion se mantuvo en alza, sin que la politica de privatizaciones y la reduccion del gasto fiscal produjeran un efecto sustantivo. Asimismo, los numerosos despidos por razones politicas y las empresas que no retomaron su ritmo productivo generaron altos indices de cesantia: un 9,7% en diciembre de 1974, para subir a 13,3% en marzo de 1975 y 16% en julio de ese mismo ano, cifras consideradas record, pues la mas alta desde 1956 habia sido del 10%; entre 1974 y 1983, la desocupacion real (incluyendo el Programa de Empleo Minimo -PEM- y Programa Ocupacional de Jefes de Hogar -POJH-) fue de 19,5%. Del mismo modo, el promedio de duracion de la cesantia aumento de seis a nueve meses y medio. En 1975, frente a la grave situacion, el gobierno decreto un subsidio del 50% al salario basico para las empresas que contrataran trabajadores, pero la realidad era que la mayoria estaba despidiendo personal o lo mantenia con salarios muy bajos. Esta situacion fue explicitada por un obrero-poblador a dos periodistas:

“la semana pasada cortaron a mas de 200 operarios de esta empresa, queda una reducida cantidad de obreros [...] a esos obreros no se les ha pagado su desahucio y a los de aqui ni siquiera se nos ha pagado la liquidacion de abril, porque se nos hizo un simulacro de liquidacion descontandonos los suple [sic]“.

El Estado por su parte, buscando disminuir el gasto fiscal, procedio a despedir a cien mil trabajadores 58 . La suspension de las leyes laborales y de muchas conquistas sociales impidio a los trabajadores detener estas practicas empresariales, quedando inermes frente a ellas. Esto tuvo su correlato en el plano social, cuando desde fines de 1974 comenzaron a observarse serios retrocesos en el poder adquisitivo popular y altos niveles de hambre y desnutricion, especialmente infantil. Desde fines de 1974, la gravedad de la situacion impelio a ciertas comunidades cristianas de base a buscar alguna solucion “a estos problemas, porque ya no eran los marginales, sino que agobiaban a gran parte de los habitantes de su villa o poblacion”. De alli nacieron los comedores infantiles, existiendo a mediados de 1975 ciento cuarenta en el gran Santiago, con un promedio de sesenta a setenta ninos por comedor, mientras otras familias invitaban a hijos de cesantes a almorzar: la “ayuda fraterna”. Simultaneamente, en diversas zonas se crearon centrales de compra, donde cada comunidad de base apoyaba a los comedores 59 . Esta situacion carencial fue a la par de una alza de los precios de los articulos de primera necesidad, como producto de la liberalizacion dictaminada por el gobierno, como ocurrio en el caso del azucar, la cual desaparecio de las poblaciones, urgiendo un “operativo” para evitar la escasez “originada artificialmente por malos comerciantes que han estado acaparando en espera de nuevos reajustes” 60 . La combinacion de estos problemas y la crisis economica internacional incidieron en la urgencia de mirar al “pueblo real”, los ahora extremadamente pobres 61 .

La primera forma del regimen de enfrentar el problema de la pobreza popular fue poner el enfasis en que la responsabilidad por la situacion economica existente era de la Unidad Popular. En efecto, de acuerdo al general Pinochet, los personeros de ese gobierno eran unos “delincuentes [...] nos dejaron una deuda aumentada de los 2.000 millones de dolares que dejo el gobierno del senor Frei”, no conociendose aun la dimension del “hoyo unipopular” 62 . Esta afirmacion, coherente con la toma del poder y la situacion de paralisis economica en que se encontraba el pais en los dias finales del gobierno socialista, se mantuvo a lo largo de estos anos, especialmente cuando la crisis arrecio. Frente a algunas criticas al “modelo economico aplicado” en esas primeras fases, el ministro Fernando Leniz se defendia senalando: “El hecho de que el pais esta tan mal no deriva del sistema economico que estamos aplicando ahora y nada tiene que ver con eso. El pais esta mal, porque fue destruido en una forma increible” 63 . Sergio de Castro, por su parte, aseguraba que los verdaderos responsables eran la crisis mundial y el que la politica sustitutiva “fue llevada al paroxismo por la Unidad Popular [...] El gobierno militar debio no solo tapar el hoyo de la UP [...] sino tambien y al mismo tiempo corregir la ineficiente, improductiva y artificial asignacion de recursos hecha por los sustitucionistas” 64 . Asimismo, se busco destruir algunos de los imaginarios emblematicos asociados a la experiencia socialista, como por ejemplo el medio litro de leche diario para los ninos: “Tenemos estadisticas que indican que la desnutricion infantil aumento en forma alarmante [...] hicimos un estudio sobre el famoso medio litro de leche, en el que demostramos que solamente el 30% de la poblacion recibia ese alimento” 65 .

Estas afirmaciones reactivas, con todo, eran insuficientes para enfrentar el problema, obligando a iniciar una accion de mayores proporciones, entrando de lleno al mundo popular: los pobres debian ser atendidos. Fue en ese plano que el papel de las mujeres se volvio clave, toda vez que ellas fueron vistas como el principal instrumento para “explicar” las politicas economicas e intentar hacerlas aceptables para un numero significativo de ellas. En efecto, desde un comienzo se tuvo la percepcion de que la mujer/madre cumpliria un papel fundamental en la “reconstruccion nacional”. Tal fue la interpretacion que dio el coronel Ewing para justificar el mantenimiento del activismo femenino antisocialista a traves de la Secretaria de la Mujer, pues ella era la “transmisora de la herencia nacional a los hijos. El gobierno considero este aporte de ella a la patria, aprovechando su esfuerzo en beneficio de Chile, tanto en lo moral y en lo social como en lo economico” 66 . En la mayoria de los estudios, este tipo de declaraciones ha sido interpretada desde la optica del patriarcado, destacando el conservadurismo militar y el deseo de reponer el orden en las relaciones familiares 67 . Sin desconocer esta mirada, y precisamente por su realidad, desde nuestro punto de vista es posible detectar tambien en este discurso la imagen de la mujer como una aliada crucial en la posibilidad de legitimar el desmantelamiento del Estado y el soporte social que el significaba. En definitiva, ella seria un agente a favor de las politicas economicas neoliberales. ¿No es acaso lo que Gisela Silva afirmaba cuando senalaba que desde las cacerolas las mujeres podian ayudar al nuevo gobierno? Considerando el apoyo femenino antisocialista, se busco internalizar en ellas, antes que en los otros actores sociales populares, las nuevas logicas economicas. En ese sentido, coincidimos con la interpretacion de Brunner respecto a que parte de la politica cultural del regimen fue el intento de ideologizar “la agencia primaria de la socializacion, la familia”, haciendo de la mujer un eslabon en la circulacion ideologica como reproductora de los roles tradicionales, pero tambien “como agente de socializacion ideologica”. Tal como lo explicito la directora de la Secretaria, Carmen Grez: “El 80% del dinero que se destina a sueldo en Chile, pasa por las manos de la mujer. De ahi la enorme importancia de que la duena de casa ahorre, con las consiguientes consecuencias favorables para el presupuesto familiar y nacional 68 .

Esta estrategia era una continuidad con el tipo de participacion politica que habian desarrollado las mujeres de oposicion durante la Unidad Popular, pues ella fue planteada dentro de los roles tradicionales de genero, sin cuestionar las identidades. Una de las herramientas mas eficaces del Poder Femenino fue presentar la movilizacion de las mujeres como una cuestion “apolitica”, sin identificaciones de clase ni de partido, sino solo como acciones que tenian como fin “salvar” a Chile del comunismo. Ello se tradujo en el aumento masivo de mujeres que se sumaban a la critica antisocialista, sin desbordar el ambito domestico: “Poco despues de la marcha de las ollas vacias, las mujeres comenzaron a golpear cacerolas vacias todas las noches, desde los jardines de sus propios hogares, balcones o puertas de calles de las casas. Sin siquiera salir de los confines de sus propios hogares” 69 . La exitosa estrategia fue puesta en practica, nuevamente, para legitimar la imposicion de las nuevas politicas economicas.

Coherente con ello, la Secretaria de la Mujer presento un “Programa de la mujer”, con el proposito de llevar a todos los hogares chilenos “un plan que le permita a la mujer mejorar el uso de la administracion de sus bienes”, pues, como senalaba el ministro Leniz,

“lo que importa es consumir menos de lo que se produce y el consumo es abrumadora-mente de responsabilidad de las mujeres. Es la mujer la que decide las prioridades, que se come en la casa, etc. Las mujeres son las responsables de los habitos que conforman las costumbres dentro de una sociedad, en la economia domestica, con un poco de entrenamiento , se puede ahorrar un 20%” 70 .

Para el buen exito del programa se coordinaron CEMA-Chile, la Direccion de Industria y Comercio (DIRINCO), el Servicio Nacional de Salud (SNS), la Oficina de Planificacion Nacional (ODEPLAN), entre otras entidades, a la vez que se organizaron cursos de preparacion de adultos y la edicion de folletos practicos para “ayudar a la duena de casa”. Hermogenes Perez de Arce colaboraba a este nuevo “sentido”, explicando a las mujeres que los hogares debian ser entendidos como una unidad economica, manejada con criterios empresariales:

“Imaginemos que cada hogar es una empresa, que proporciona determinados bienes, materiales y servicios: alojamiento, ropa, abrigo, alimentacion y aseo, a un grupo de personas [...] La tarea de su gerente tiene que ser la de brindar el maximo de esos bienes y servicios con los recursos disponibles que son limitados” 71 .

En esta misma logica se implemento el programa televisivo “Cartas sobre la mesa” -de 12 minutos-, a cargo del ministro Leniz, como respuesta, segun el mismo explicaba, a las inquietudes de la gente respecto de la politica economica. El gobierno decidio enfrentarlas a traves de este medio de comunicacion, de modo que los “tecnicos” se ganaran la confianza del pais. Esto se hizo necesario

“porque la politica economica del gobierno es totalmente distinta de la que se habia aplicado antes en Chile, no solo a la UP [...] Por ello es una politica de lenta comprension para los chilenos [...] Es preciso que sean informados permanentemente de las razones de la inflacion y de las alzas de precios”.A fin de cuentas el “sentido autentico de la politica economica de la Junta [...] ha sido distorsionado, presentando al gobierno como empenado en una accion ‘reaccionaria’” 72 .

En ese sentido, las mujeres fueron vistas como los primeros receptores del discurso liberalizante, haciendo de la economia del hogar un microcosmos de la economia nacional, de la politica del no gasto y de la urgencia de derrotar el “populismo”. De alli la importancia de insistir en una mujer ahorrativa y transmisora de principios, ya que la logica del mercado se filtraria imperceptiblemente a traves de las tareas femeninas cotidianas. Como lo explicitaba Alicia Romo, directora de DIRINCO

“las mujeres tienen que entender por que estas alzas [...] el pais vive una economia de post guerra y para reconstruirla no queda otra solucion mas que un inmenso sacrificio [...] voy a promover una campana de informacion al consumidor que le permita con el presupuesto exiguo de que dispone tener acceso a un mayor numero de cosas [...] el marxismo nunca pudo enganar a la mujer [...] desde el primer instante lucharon [...] ahora continua entusiasmada, debe seguir siendo fuerte en esta segunda etapa [...] Es por esto que el papel de ahora es tanto mas importante como el jugado antes del 11 de septiembre” 73 ..

En ese sentido, se buscaba capitalizar el anticomunismo de las mujeres gobiernistas y convertirlas en las portavoces legitimadoras de la nueva politica economica, a traves de la accion social que realizaban y la labor del voluntariado. Un papel central en ese proceso lo jugaban las “cabezas de playa” ganadas a nivel poblacio-nal durante la Unidad Popular y el reemplazo de los y las dirigentes de juntas de vecinos y centros de madres, por personeras de las secretarias en los espacios de extrema pobreza. Marina Espinoza, dirigenta de un centro de madres de la comuna de Conchali, reafirmaba el discurso gobiernista: “Ahora comprendemos que la recuperacion economica nos costara sacrificios, porque hubo despilfarro, abuso y robo a las arcas fiscales [...] a nosotros nos corresponde volver a levantar [la casa] ladrillo a ladrillo”. Este discurso era una actualizacion de la critica a la inoperancia del gobierno socialista reflejada en el desabastecimiento y las “colas”, hecho que permitio a la oposicion el reclutamiento de mujeres populares durante la Unidad Popular. Fue en esos dias que el anticomunismo crecio en medio de los barrios populares, especialmente entre las mujeres, madres de familia 74 . Tras el golpe y con la crisis encima, la lucha debia continuar. Personas como ellas transmitirian el discurso oficial en sus respectivas organicas sociales.

Las mujeres serian apuntaladas con programas televisivos que insistirian en la importancia del ahorro y la distribucion de recursos: los actores Silvia Pineiro y Emilio Gaete cedieron un espacio de su programa “En su casa” a la Secretaria de la Mujer, para que “mediante una clase amena de educacion al consumidor ella va exponiendo las diferentes alternativas que la duena de casa tiene para hacer un mejor uso de los recursos con que cuenta”, a la vez que se les recomendaba no comprar “primores”, por su alto costo, y buscar comercios que vendieran a precios convenientes 75 .

Esta situacion explicaria el enfasis de los programas de accion social de la Secretaria de la Mujer y de CEMA-Chile, centrados en el discurso hacia las mujeres y en los numerosos cursos de capacitacion a que se las estimulaba. Uno de ellos era, precisamente, el de Educacion al Consumidor, el cual tenia como objetivo ensenarles a comprar o distribuir el dinero con que contaban las familias, al mismo tiempo que se las instaba a utilizar los recursos existentes a su alrededor, como plazas, servicios publicos y actos culturales, para lo cual se preparaban monitoras. Este tipo de cursos eran ofrecidos regularmente por la Secretaria de la Mujer y se realizaban en centros de madres, centros de padres y apoderados y todo tipo de organizaciones comunitarias. En ese sentido, las monitoras eran las encargadas de esa labor docente en relacion directa con los sectores populares. Una experiencia de esta naturaleza se realizo en la comuna de La Granja, con sesenta manipuladoras de alimentos de distintos establecimientos escolares y personal femenino del PEM 76 . Es interesante la cantidad de cursos de este tipo que impartio la Secretaria durante la decada del setenta: en 1974 se realizaron 280, mientras que para 1975 estos ascendieron a 9.935, a 18.916 el ano siguiente, a 33.877 en 1978 y a 39.560 en 1979. Las cifras comenzarian a bajar desde 1980 y no volverian a subir hasta el inicio de la crisis economica de 1982 77 . Si se compara con el numero de cursos de Orientacion Civica, abiertamente politicos, se puede observar el impacto que tuvo la crisis economico-social, ya que hubo anos en que los cursos al consumidor los superaron ampliamente (1977-1978), incluso triplicandolos en el caso de 1975-1976, que fueron los mas crudos. Desde esa optica, el enfasis en la educacion al consumidor cumplia la doble funcion de reafirmar los roles tradicionales de genero, legitimar las medidas economicas adoptadas y hacer de la mujer una pieza clave en ese proceso de legitimacion y de resocializacion. Tal hipotesis se refuerza si se considera que los cursos de educacion para el hogar, impartidos por la misma secretaria, eran bastante exiguos en comparacion a los otros dos. No asi, en cambio, el impulso a los “huertos caseros”, iniciativa de la Secretaria de la Mujer, con participacion tambien de CEMA-Chile. El objetivo de ellos era, precisamente, revertir las carencias alimenticias en aquellos articulos susceptibles de produccion familiar. Este programa habia sido impartido por INACAP desde 1971 y fue actualizado por la Secretaria, la que firmo un convenio con esa entidad, difundiendolo masivamente, de modo que las familias transformaran sus patios y jardines en huertos caseros “para abastecer a toda la familia de frutas y verduras”, mejorando la “calidad y la cantidad de la alimentacion [a] personas de escasos recursos”. La poblacion Intendente Saavedra, de la comuna de Pudahuel, fue la pionera, existiendo alli para 1980 ciento veinte huertos -implementados con personal del PEM-, los cuales beneficiaban a unas 700 personas. Esta mezcla entre vida cotidiana, ahorro y autosuficiencia era complementada con la difusion de numerosas recetas de comidas de bajo costo en los folletos de “Dona Juanita”, publicados por la Secretaria 78 . Si bien los huertos apuntaban especialmente a mujeres mayores de 30 anos, supuestamente mas receptivas a los consejos de las voluntarias que llegaban a las poblaciones, tambien se usaron para atraer a las mas jovenes, a las cuales se les ofrecian cursos tanto de higiene y corte y confeccion, como de educacion al consumidor. El fin era “formar una juventud diferente [...] [a la que] se les inculcan valores morales”. Los huertos, como los cursos de educacion al consumidor, llegaban a los sectores populares por diversos medios: de no acudir voluntariamente a algun organismo comunitario, se podia acceder involuntariamente en la visita a un autoservicio comunitario (AUCO), pequenos supermercados de barrios que vendian a precios inferiores a los del comercio en las poblaciones. Los AUCOS fueron una herramienta muy usada para transmitir los nuevos valores 79 .

Estas tareas, aparentemente solo “propias del sexo”, eran un excelente vehiculo de resocializacion politico-social, pues apuntaban a las logicas economicas en auge, de ahorro, rebaja del consumo y desaparicion del aparato estatal de ayuda. El hecho de que estos consejos efectivamente reforzaran los roles de genero, mas que contradecir nuestro argumento lo corrobora, si se considera que el neoliberalismo fue una arremetida hegemonica. Se buscaba desmantelar, no solo la economia estatista previa, sino tambien la “cultura de compromiso”, creando una nueva, que permitiera la integracion social a otro “consenso de orden”, de mercado. Ello suponia afectar la cotidianidad, toda vez que “la estabilidad de un sistema social reposa en la reproduccion cotidiana de su orden” 80 . En otras palabras, en la medida en que el ahorro -por ejemplo el desincentivo de la compra al “casero” de la feria, por un comercio mas barato, entre otras medidas- se fuera convirtiendo en una “rutina cotidiana”, se filtraria el valor del individualismo y del mercado, mas que de las acciones colectivas para el bienestar social. Ello puede apreciarse, tambien, en las logicas que se instalaron en los centros de madres, donde la capacitacion comenzo a ser pagada. En efecto, hasta 1973 los centros de madres eran instrumentos de organizacion femenina, que apuntaban a su mejoria social e integracion, perfeccionando la democracia. De alli que CEMA-Chile ofreciera cursos de capacitacion, sin costo. Sin embargo, posteriormente, si bien los cursos mantuvieron su tonica, pasaron a ser pagados por las socias, las que debian financiar el sueldo de la monitora que lo impartia. Quienes no pagaban, no podian asistir. Incluso, las mujeres identificadas como de “extrema pobreza”, debian pagar, con una rebaja del 50% del valor total del curso 81 . Esta situacion es iluminadora de la nueva cultura que se estaba imponiendo. Aunque las socias no fueran sometidas a una ideologizacion explicita -esto es, a cursos abiertamente antimarxistas y progobiernistas-, la cultura de mercado en desarrollo era transmitida a traves de la realidad impuesta a los centros de madres, a traves “del cotidiano”: lo cotidiano, lo normal, empezo a ser el pago por los servicios recibidos, reeducando mediante el funcionamiento mismo de la entidad. La logica colectivista del marxismo debia ser derrotada por la libertad individual y el consumo.

Manteniendo esta utilizacion de lo femenino, otra de las acciones sociales mas importantes realizadas por la Secretaria fueron los centros abiertos o CAD (centros de atencion diurna), creados a fines de 1975. Estos centros fueron parte de los intentos por mejorar la coordinacion de los diferentes programas sociales, cuya desconexion redundaba en una mala atencion. Para ello se creo el Comite Coordinador de Ayuda a la Comunidad, el cual buscaba canalizar la accion del voluntariado. Dentro de ese proceso, Lucia Hiriart ordeno la creacion de los comedores abiertos, complementando la accion social comunal. El Comite incorporo a distintos organismos del sector privado (industrias y colectividades extranjeras residentes, entre otros), abriendo como plan piloto el primer comedor en diciembre de 1975. Es posible que los CAD nacieran como extension de estos “comedores abiertos” que se empezaron a organizar en comunas como Barrancas, con ayuda de distintos actores y asociaciones comunitarias. En diciembre de 1975 se abrio un comedor abierto en el campamento Los Anhelos de la comuna de La Reina, para el cual el Comite de Ayuda a la Comunidad solicito la colaboracion de los apoderados del primer ciclo basico del colegio St. George 82 . Para octubre de 1976, segun la informacion de la Secretaria, existian sesenta y un centros abiertos que atendian a ocho mil ninos en todo el pais 83 . Los centros abiertos ofrecian alimentacion, cuidados y preparacion para la escuela a ninos de escasos recursos, desnutridos o con peligro de desnutricion, o que no alcanzaron a ser incorporados a un jardin infantil. El CAD los recibia mientras sus madres estaban en el trabajo. A diferencia de las logicas con que funcionaban los centros de madres o los AUCOS, los CAD eran gratuitos y atendian entre las 7 de la manana y las 6 de la tarde a ninos de 4 a 6 y de 11 a 14 anos, con personal del Plan de Empleo Minimo. Estos centros, ademas, complementaban la educacion con normas de higiene y comportamiento, deporte, gimnasia, folclore y guia para las tareas escolares. Los CAD eran, al mismo tiempo, un intento por combatir la vagancia infantil.

Es interesante que los centros aparecieran durante el peor ano de la crisis economico-social, caracterizado por la Iglesia catolica como el ano de la pobreza, realizando una accion parecida y ampliada -dada la coordinacion- a la que realizaban los comedores infantiles creados por la propia Iglesia. Estos fueron vistos por el gobierno como parte de la campana del comunismo nacional e internacional en contra de Chile, como se desprende de las palabras del ministro del Interior, general Cesar Raul Benavides: “Parece que hay organizaciones que crean comedores populares y reparten algo de comida e inmediatamente van sacando fotografias y una serie de elementos graficos que posteriormente salen al exterior, o sea van creando una imagen de que en Chile la gran masa del pais esta pasando hambre” 84 . Esta lucha por la legitimidad parece haber tenido su efecto en el plano social, ya que los centros abiertos se transformaron en una de las principales armas del regimen para paliar la pobreza, desmentir las acusaciones y conquistar corazones, pues era beneficencia 85 .

Los CAD fueron implementados no solo en el gran Santiago, donde existian los niveles mas altos de cesantia por lo que se establecieron en comunas pobres, como Lo Hermida, San Miguel y Barrancas, entre otros, sino tambien a lo largo de todo el pais. Los centros llegaron a tener presencia en el extremo sur de Chile, como Chiloe y Chaiten; en zonas como Arica, donde eran atendidos cien ninos; e incluso en Isla de Pascua. Para el voluntariado, la labor de la Secretaria en los centros abiertos era la mas importante, “ya que por medio de ella podemos llegar a los padres, especialmente a las madres de las familias de menos recursos y ayudar asi a su desarrollo economico, social y cultural” 86 . Para 1979, la Secretaria de la Mujer tenia mas de treinta centros abiertos y en marzo del ano siguiente se inauguraria otro en la comuna de La Granja, uno de los diez que se proyectaban como una de las actividades del ano internacional del nino. Esto se traducia en la atencion, de acuerdo a sus datos, de tres mil ninos. Muchos de estos centros eran atendidos tambien por personal de CEMA-Chile 87 .

De acuerdo al analisis de Miguel Kast, encargado de las politicas contra la extrema pobreza desde ODEPLAN, ella solo podria ser erradicada si se concentraban los esfuerzos en los ninos, pues solo alli se podria “romper el circulo vicioso”. Eso explicaba el impulso dado a los jardines infantiles y los centros de atencion de menores, los cuales se preocupaban de temas nutricionales, de salud y educacion. En una categoria similar, segun Kast, caian los CAD “que han tenido muy buenos resultados”, pues a traves de este tipo de instituciones se pretendia lograr la culminacion de la educacion primaria y evitar la desercion escolar 88 .

Si el Estado desaparecio en materia de derechos, no lo hizo como agente asis-tencial a traves de las organizaciones del voluntariado femenino. El impacto de estos centros, sin embargo, era limitado -como lo reflejan sus cifras- en relacion al conjunto de la poblacion en extrema pobreza, cerca del 20%; 8 mil ninos en 1976 era una porcion muy pequena del total. Esto refleja la naturaleza focalizada de la ayuda, la que dependia de la disposicion y voluntad de las personas a acudir a estos centros y al municipio, sin generar politicas globales. Esto era coherente con el neoliberalismo en auge y el repliegue en materias sociales del Estado. No obstante, no es posible hablar de subsidiariedad, pues todos estos organismos de accion social constituian respuestas coyunturales -el PEM, por ejemplo- y funcionaban en base al voluntariado, una asistencialidad muy ligada al proceso de personalizacion del regimen. En este punto es necesario entender que la ausencia de una institucio-nalidad nueva que realizara accion social fue cubierta con las secretarias, las que asumieron como agentes de servicio publico. Asimismo, realizaban tareas de ideo-logizacion, tal como lo habria hecho un partido de gobierno, pero con una llegada limitada, a diferencia de las experiencias totalitarias o el franquismo 89 . Mas aun, lo que el gobierno contemplaba como politicas propiamente de desarrollo economico y social se enmarcaban en el rechazo al estatismo, la apertura economica, el libre mercado y el Estado subsidiario. En ese concepto, la extrema pobreza se eliminaria con programas nutricionales de distribucion de alimentos enriquecidos, subsidio a las viviendas sociales, programas de atencion integral a menores, pensiones asis-tenciales y concentracion de recursos en educacion y salud. Todavia para los ultimos anos de la decada del setenta se insistia en la necesidad de precisar la cuantifi-cacion de los realmente pobres 90 . Asi, y aunque Kast pretendia incluir a los centros abiertos dentro de las politicas de erradicacion de la extrema pobreza, ellas no pasaban ni por los CAD, ni los AUCOS, sino por politicas estrechamente ligadas a la reestructuracion economica neoliberal emprendida, corroborando el caracter ideologico-contextual de la accion social de las secretarias.

La experiencia de los CAD, como la de cada uno de los organismos de accion social gubernamental, fue heterogenea, pues mientras para algunos fue el reflejo de una etapa de restricciones y carencias, para otros fue enriquecedora y “salvadora” en aquella emergencia. El Centro Abierto de San Bernardo, ubicado en el paradero 36 1 / 2 de Gran Avenida, contaba con varias auxiliares de parvulos, un profesor de gimnasia, una manipuladora de alimentos, ayudantes de cocina y un medico. Los ninos de escasos recursos llegaban con sus madres, las que tambien eran capacitadas a traves de cursos de aseo, cocina, higiene y educacion de los hijos 91 . La ayudante de cocina Gabriela Zamora 92 llego a ese centro abierto por medio del PEM, programa al que ella estaba adscrita, luego de inscribirse en la Municipalidad. Asi recuerda su paso por dicho centro:

“Fui a hablar con la tia Anita, la persona que estaba a cargo del Centro Abierto [...] [el que] tambien era PEM [...] la tia Anita me dijo donde tenia que ir para inscribirme. Tenia que llevar el papel del nacimiento de los chiquillos, todos y el mio para que me inscribieran [...] al Centro Abierto iban los ninos a tomar desayuno, almuerzo y once. Atendia a los ninos, limpiabamos la casa, haciamos el almuerzo [...] Entrabamos a las 7.30 de la manana hasta las 6 y media de la tarde, a darles desayuno a los ninos para que fueran al colegio, porque de ahi los mandaban al colegio. Este Centro estaba en Los Carolinos, entonces iban a la Escuela 50 que estaba al frente, atravesando la calle y despues salian del colegio y se iban a almorzar [...] y despues las tias les hacian hacer las tareas [...] A mi me mandaron a hacer un curso para tener el titulo de manipuladora de alimentos, porque como habia que hacerle alimentos a los ninos [...] me mandaban a ponerme vacunas para que no estuviera enferma, me mandaban a medico para que no tuviera ninguna cosa, porque como se trabajaba con ninos, habia que estar bien [...] los Centros Abiertos eran muy buenos, porque’¿sabe? a los ninos les ensenaban a lavarse y andar limpiecitos, les cortaban el pelo [...] las mamas trabajaban, por eso llevaban los ninos y como la mayoria trabajaba todo el dia, los ninos tenian que estar ahi y los iban a retirar a las 6 y media, se esperaba a la ultima mama y ahi se cerraba el Centro”.

Frente a la pregunta de si le gustaba trabajar alli, responde:

“Si, me gustaba y eso que no se ganaba mucho, pero ¿sabe? lo que yo siempre digo, con ese trabajo yo pude comprarle la primera television a los chiquillos, porque iban a mirar por las rendijas a las vecinas y les tiraban agua y los correteaban y a mi me daba pena y un dia me dije ¿como lo hago? Y hable con mi sobrino que por favor [sic] y le iba pagando [...] Eso digo, la primera tele [...] fue con la plata del minimo [...] me alcanzaba, como yo no soy de esas personas que andan comprandose cosas que no corresponden, yo sacaba las cuentas cuanto tenia que tener para comprar este, esto otro y asi pasaba los 15 dias [...] ademas como no pagabamos luz ni agua [...] ademas ahi en el Centro Abierto a los ninos la tia Anita le daba los cuadernos y los lapices y les compraba delantal, pantalones, todas esas cosas, entonces yo no las tenia que comprar [...] la tia Anita era una senora que era de la Secretaria de la Mujer” 93 .

La experiencia de Gabriela Zamora muestra como la accion del gobierno llegaba a sujetos populares menos politizados, de forma aparentemente neutra en terminos ideologicos, constituyendose en una valiosa oportunidad para enfrentar las carencias. El caracter asistencial de este tipo de accion social era valorizado, no siendo percibida la carencia de derechos, a la par que se reforzaban los roles maternales y se enfatizaba la importancia del trabajo personal y de la innecesidad de la politica. Es interesante que para Gabriela Zamora el recuerdo de su llegada al campamento Los Aromos, no obstante haber sido producto de una toma, no estuviera asociado a partido alguno, sino a la bondad de su dirigente, quien la habria organizado “para ayudar a la gente”. Lo mismo sucedio con la compra del primer televisor, visto solo como fruto de su esfuerzo personal y de la capacidad de orden economico y ahorro, a pesar de ser un trabajo con paga escasa. La ayuda, proviniera de donde proviniera, era bienvenida, sin importar los vinculos politicos. La politica, a su entender, no era importante, lo que valia era el trabajo y la responsabilidad. La despolitizacion-resocializacion impulsada por el gobierno se filtro por este tipo de canales.

Esta resocializacion subrepticia iba a la par de la decision de luchar contra el marxismo de manera abierta, lo cual resulta coherente con el tipo de personas que se vincularon a la dirigencia de las secretarias. Esta lucha implicaba el adoctrinamiento antimarxista y la internalizacion de las politicas oficiales. Asi, las secretarias tenian la mision explicita de formar dirigentes. En el caso de la Secretaria de la Mujer, esta fue concebida como “un organismo de capacitacion del voluntariado y en la preparacion de la mujer para afrontar el proceso en curso”, lo cual se desarrollo, preferentemente, a traves de los seminarios de capacitacion (nacionales, regionales y comunales), los cursos de Orientacion Civica y los planes de alfabetizacion. La Secretaria de la Juventud, por su parte, se dedico a la formacion de dirigentes juveniles a traves de la realizacion de numerosos campamentos, pero especialmente con la creacion del Instituto Diego Portales “donde las mujeres, los jovenes y los trabajadores van a adquirir los principios mas puros del chileno que estan reflejados en los Principios del gobierno y en los postulados superiores de la patria” 94 . Como queda claro, el nacionalismo solo podia identificarse con los planteamientos politicos del regimen, los cuales deberian ser irradiados a sectores sociales mas amplios que sus partidarios, precisamente a aquellos que se consideraban mas permeados por las tendencias anteriores al golpe.

El combate al marxismo debia ser una de las funciones primordiales del voluntariado, para lo cual resultaba imprescindible una uniformacion ideologica, toda vez que “es menester que la accion este empapada de doctrina [...] doctrina que constituyendose en el alma de su quehacer, puedan traspasar a las miles de mujeres con las cuales tienen o tendran contacto” 95 . Es interesante que la Secretaria de la Mujer nunca fuera definida como un centro de accion social, a pesar de que era uno de sus ejes, sino de formacion ideologica. Las palabras del general Carol Urzua reflejan la decision gubernamental de una arremetida en ese plano, para lo que se requeria de activistas en terreno. Tal funcion fue cumplida tanto por el voluntariado femenino, como los dirigentes de la Secretaria de la Juventud.

El voluntariado femenino fue organizado poco despues del golpe con las primeras mujeres que se presentaron a la Secretaria, todas ex miembros de organizaciones anti Unidad Popular, que, segun algunas declaraciones, fueron alrededor de 700. Tal fue el caso de la senora Elena, entrevistada por el historiador Steve Stern, quien vitoreo a los aviones que pasaban a bombardear La Moneda el 11 de septiembre, poniendo fin a la experiencia socialista. Tras el golpe, ella paso a engrosar las filas de la Secretaria de la Mujer 96 . A pesar de que ellas ya estaban imbuidas de un agudo anticomunismo, la Secretaria estaba interesada en mantener vivo este sentimiento, por lo que debian asistir de forma periodica a cursos y charlas en el edificio Diego Portales. Este primer nucleo fue creciendo a lo largo de los meses y anos, mas que por adscripcion espontanea, como fue al comienzo, por una politica deliberada de la Secretaria, que uso vinculos personales y siguio el historial politico de aquellas cercanas a la derecha, aunque no necesariamente militantes, pero si vinculadas a ese mundo, ya fuera por su origen familiar o social, o ex democrata-cristianas. El voluntariado se nutrio, asimismo, de mujeres de edad madura, con hijos grandes, que contaban con tiempo para dedicarse a las labores requeridas y tenian deseos de mantenerse activas. Para 1976, la Secretaria se ufanaba de contar con 7.700 voluntarias en todo el pais, las que habrian llegado a 10.000 en 1980. El voluntariado tenia una jerarquia: estaban las delegadas nacionales, provinciales y comunales, y mas abajo las monitoras, que eran las que trabajaban directamente con sectores populares 97 .

Este nucleo dirigente era sometido de forma permanente a formacion ideologica, toda vez que, como senalaba Pinochet,

“Uds. son las portadoras de las ideas del gobierno. Uds. deben llevar a toda la poblacion las concepciones que tiene el gobierno para levantar a la nacion [...] porque es necesario que todos unidos, sin excepcion -gobierno, organizaciones, pueblo, todos conformando un conjunto- llevemos hacia delante a Chile para hacer de este pais una gran nacion” 98 .

Uno de los temas mas abordados era el marxismo, como la doctrina mas perversa existente, especialmente por su inmoralidad y su capacidad de infiltracion social. Conferencistas reincidentes eran el sociologo Fernando Duran y el ex militante del Partido Nacional Sergio Diez, asi como Gisela Silva y Mario Arnello, quienes se especializaron en temas como marxismo, cristianismo y familia. En otras ocasiones, dictaban charlas dirigentes del nacionalismo, como Antonio Widow en seminarios de CEMA-Chile 99 . Considerando que la Secretaria tenia presencia a nivel nacional, sus mas altas dirigentas viajaban a provincias, organizando seminarios para las encargadas provinciales y comunales, de modo de establecer un contacto directo con las voluntarias y mantener vigente la doctrina oficial.

Dado que la Secretaria de la Mujer era un agente de ideologizacion, debia formar a los mandos que movilizarian el voluntariado, lo que implicaba la compenetracion con el pensamiento que guiaba al gobierno. Durante 1975, se realizo el primer seminario interprovincial de delegadas, para uniformar las lineas de accion referidas a las campanas de ahorro, politicas nutricionales y economicas del gobierno, las que estaban estrechamente ligadas a “la crisis mundial”. Un punto esencial lo revestia el desarrollo de los “valores patrios”, para lo cual asistian a cursos sobre historia de Chile y educacion civica. En 1976, por iniciativa de la propia Secretaria, se organizo un seminario para las esposas de los oficiales, referido al tema de la seguridad nacional, en coordinacion con la Academia Superior de Seguridad Nacional, el que incluyo politica economica y social, administracion publica, regionalizacion y seguridad nacional. Con anterioridad lo habian realizado las esposas de ministros y mas tarde lo harian las esposas de los generales 100 . Esta formacion es importante, porque estas mujeres dirigian muchas de las organizaciones sociales gubernamentales y, por tanto, eran las encargadas de imprimirle su orientacion. En este mismo ano se realizo el primer seminario nacional, que abordo temas como la Declaracion de Principios, de historia de Chile, a cargo de Gisela Silva; la accion de la mujer en el futuro, por Enrique Campos Menendez; Vision critica del marxismo, dictada por el Padre Miguel Poradowski; y las bases de la nueva institucionalidad, por Enrique Ortuzar. El Seminario culmino con la correspondiente entrega de diplomas. La nomina de profesores de estos cursos es reveladora, porque muestra la orientacion entregada. Por ejemplo, Gisela Silva, de formacion tradicionalista catolica, quien estudio en la Universidad Menendez Pelayo en la Espana franquista, era antagonica a la linea secularizante y liberal de la historia de Chile prevalente hasta 1973. El hecho de ofrecerle este curso refleja la decision resocializadora y la reconstruccion de la memoria historica perseguida. Generalmente, los cursos y charlas eran dictados por los ministros de la Secretaria General de Gobierno, del Interior, de Economia y de Educacion, pues debe recordarse que gran parte de la accion social de la Secretaria era en convenio con esos ministerios, con los cuales coordinaba su aporte a las erradicaciones de pobladores, los cursos de educacion al consumidor o los programa de alfabetizacion. Asimismo, muchos de los conferencistas civiles eran gremialistas vinculados al Instituto Diego Portales. En la medida en que el proceso de institucionalizacion avanzaba, el voluntariado fue adoctrinado en lo que seria el nuevo orden, a traves de los seminarios de “Orientacion Civica”. Durante uno de ellos realizado en la Region Metropolitana, Jaime Guzman “explico los alcances del discurso del Presidente Augusto Pinochet Ugarte en Chacarillas”, mientras que Miguel Kast se refirio a los “logros obtenidos mediante la politica economica”. Estos seminarios aumentaron hacia 1980, con motivo de la aprobacion de la nueva Constitucion 101 .

Tarea similar realizaba la Secretaria de la Juventud a traves de los campamentos juveniles, donde las actividades deportivas y recreativas eran combinadas con aprendizaje de tecnicas de dinamicas de grupos, liderazgo y expresion, asi como con charlas sobre la nueva institucionalidad y la politica economica. Segun la Secretaria, en 1975 el pais contaba con “un nuevo ejercito de 5.000 dirigentes juveniles que se suman a la tarea de ‘hacer de Chile una gran nacion’”. Asimismo, se organizaron seminarios de dirigentes comunales para “normalizar las ideas que se difunden hacia la juventud chilena” 102 . Pero, sin duda, el gran motor ideologizador fue el Instituto Diego Portales, dirigido a crear “una identidad de criterios”, a traves de cuatro lineas formativas: en primer lugar los principios cristianos, necesarios dada la “crisis interna que vive la Iglesia”, aludiendo al caracter opositor de esa importante institucion respecto al regimen militar. Una segunda linea situaba a Chile dentro de la supuesta crisis del mundo occidental, lo que se relacionaba con la actitud de los organismos internacionales respecto del problema de derechos humanos en el pais. A esa guerra se respondia enfatizando el deber de la juventud en la construccion del nuevo Chile, a traves del conocimiento de su historia de grandeza, pues “le da [...] el sentido real de la tarea que esta desarrollando”. En tercer lugar, una linea “doctrinaria que le permita conocer cual es el pensamiento que anima la accion de este gobierno”, estudiando la Declaracion de Principios , la figura de Portales y de las Fuerzas Armadas. Por ultimo, “la politica economica del gobierno y lo que es el cauce que la juventud se debe dar como un apoyo al regimen representado por este gobierno” 103 . El hecho de que muchos de los cursos recibidos por el voluntariado femenino fueran impartidos por el Instituto Diego Portales refuerza su importancia y la hipotesis resocializadora puesta en marcha.

La importancia de la ideologizacion puede observarse a traves de la regularidad e intensidad de los cursos de Orientacion Civica, rotulo bajo el cual se realizaban las charlas y cursos recien nombrados. Entre 1973 y 1974 se desarrollaron 120, los que aumentaron a 1.395 entre 1974 y 1975, mientras que los de educacion al consumidor solo fueron 280. Entre 1975 y 1976, hubo 5.452 cursos de orientacion civica, en tanto que 18.916 de educacion al consumidor. En el periodo 1976-1977, respectivamente 13.842 y 19.398; mientras que entre 1977 y 1978, hubo 27.797 de orientacion civica versus 33.877 de educacion al consumidor. Entre 1978 y 1979, se realizaron 37.263 del primer tipo y 39.560 del segundo; mientras que entre 1979 y 1980, hubo 68.731 versus 34.262 104 . En estas cifras es posible observar los intereses y prioridades del regimen, pues la orientacion civica, o sea la guerra ideologica, era prioritaria, pero en el contexto de la crisis economica brutal, ella fue complementada con una arremetida en la socializacion neoliberal, a traves de los cursos de educacion al consumidor ya analizados. En cambio, en la epoca del “milagro” y en pleno afan institucionalizador, el enfasis estuvo en lo politico-ideologico y menos en el consumidor.

Si bien los seminarios de la Secretaria de la Mujer se concentraban en la dirigencia, generalmente mujeres de clase media alta y alta, ellas transmitian tal discurso a sus subordinadas. Mas aun, las monitoras, quienes trabajaban directamente con centros de madres y las organizaciones comunitarias, tambien eran sometidas a cursos permanentes. Los topicos recurrentes eran politica economica y social del gobierno e historia de Chile con enfasis en heroes y batallas, organizando concursos historicos infantiles relativos a esos topicos, a la par de cursos de higiene, confeccion y nutricion. En otras palabras, en la medida en que se capacitaba a las mujeres populares en algun oficio o ambito que les permitiria cumplir mejor sus roles de genero, se les dictaban charlas “de orientacion civica” que difundian los idearios gubernamentales. En algunos casos estos no aparecian abiertamente, en especial en lo referido a la historia, pero -como hemos visto- si estaba presente en tanto se entregaba una historia oficial, que remarcaba ciertos aspectos de ella, mientras se desconocian o distorsionaban otros. Igualmente las cartillas y volantes que se entregaban gratuitamente en quioscos, abordaban temas de interes para las mujeres, como asignaciones familiares, subsidios de vejez y cesantia, entre otros, y educacion al consumidor, al tiempo que se buscaba “recordar lo que este gobierno ha realizado durante cuatro anos” 105 . Uno de los instrumentos mas claros de difusion de un imaginario de Chile creado por la Secretaria de la Mujer fue el “Cuaderno del Profesor Rural”, cuyo objetivo era ayudar al profesorado de zonas apartadas, donde el Estado tenia una presencia precaria, repartiendose “desde Visviri a Puerto Eden”. Dado que la Secretaria logro instalarse en lugares reconditos, representaba al aparato estatal y difundia sus principios, buscando entregar al profesorado rural el material para ser traspasado a sus alumnos, a la vez que “servir de nexo con la civilizacion”. El Cuaderno del Profesor Rural fue el fruto de la preocupacion por la alfabetizacion de adultos, ya que se carecia de textos, pues “Desgraciadamente, el material didactico existente no correspondia en absoluto a la ideologia del gobierno y debio ser retirado. Un equipo tecnico de la Secretaria de la Mujer preparo un nuevo material” 106 . El Cuaderno abordaba temas como historia de Chile, especialmente “batallas nacionales, regionalizacion [...] caracteristicas del pais”, pues su directora, ex profesora de la escuela de la poblacion Jose Maria Caro, queria darle prioridad “a la geografia y las efemerides nacionales” 107 . El Cuaderno es importante, toda vez que el aislamiento de muchos poblados significaba carencia de recursos educativos, por lo que en muchos casos se convirtio en el unico material disponible. Asi imagenes de Chile, de sus mujeres y del gobierno llegaban a los puntos mas apartados del territorio nacional.

En suma, la accion de los organismos sociales gubernamentales utilizo herramientas de resocializacion, bajo el manto de la despolitizacion. Tanto la accion social realizada, como los cursos de formacion ideologica tenian un comun objetivo: recrear un imaginario de Chile y una nueva concepcion de mundo, donde el marxismo y toda la historia asociada a el no tendrian cabida. Los jovenes, pero especialmente, las mujeres, serian el principal instrumento de reeducacion, pues a ellas se las reacondicionaria en sus labores cotidianas, a la par que se las prepararia en materia de actualidad nacional, con el proposito de “proporcionarles las herramientas necesarias para un mejor desempeno en su diaria labor y, por otra parte, entregarles un mayor conocimiento de la realidad chilena que les permita cumplir con su responsabilidad: capacitar a la mujer y a la familia” 108 . El hecho que se remarcara, que todos estos cursos tenian como objetivo capacitar a la mujer para su rol en la familia, ha servido para una interpretacion centrada en el genero, pero, como hemos analizado en este apartado, la palabra capacitacion no tenia ese sentido restringido, sino que implicaba una formacion ideologica que debia llevar a un cambio de mentalidad en los chilenos, que era la meta real.

Conclusiones

Como se ha podido apreciar a lo largo de este trabajo, la relacion del regimen militar con el conjunto de la sociedad fue mucho mas compleja de lo que el aparataje conceptual existente nos ofrece. A pesar de que la idea de Estado burocratico autoritario sigue siendo valida para entender los lineamientos macro de las dictaduras del Cono Sur americano de los anos setenta, resulta insuficiente, en el caso de Chile, para comprender la profundidad del cambio social y cultural ocurrido. Es claro que la alianza con la burguesia transnacionalizada fue el eje del nuevo Estado, como lo fueron las logicas y los valores que la sustentaban, esto es, los principios del neoliberalismo. El renacimiento del individuo y de la rentabilidad debian acabar con los principios colectivistas y de bienestar que habian predominado a lo largo del siglo XX. Sin embargo, ese proceso no se desarrollo exclusivamente en el plano de la gran politica, sino fundamentalmente en el privado, en la vida cotidiana, razon por la cual los grupos involucrados excedian a la gran burguesia.

En ese sentido, la naturaleza del regimen militar era eminentemente ideologica. Si en un comienzo se pensaba que el golpe solo seria una etapa de apaciguamiento politico, de reorganizacion dentro de los marcos existentes antes de la Unidad Popular, ello se contradecia con el sentido que los jefes militares y una parte de sus partidarios daban a su accion: la derrota definitiva del marxismo. Ello suponia una tarea mas larga y compleja, que era la reeducacion de los chilenos. Esta situacion fue reforzada por el contexto que el regimen debio enfrentar, tanto el internacional, como el economico del pais. Ambos factores incidieron en la maduracion de las tesis de la seguridad nacional y, por ende, en la guerra contra el comunismo, como en la revalorizacion del “pueblo” como agente de legitimacion. Desde ese punto de vista, la naturaleza del regimen militar fue mas compleja que una simple y excluyente alianza con la alta burguesia, pues -a diferencia de su congenere argentina-, la relacion con los sectores populares -tal como los definimos- jugo un papel central, lo cual tuvo razones tanto de orden politico-ideologico como de contexto.

La erradicacion del “cancer marxista” de la sociedad chilena fue enfrentada por las autoridades militares, en primer lugar, reconstruyendo los imaginarios sociales del enemigo. Si el marxismo y los marxistas habian sido parte de la vida nacional, integrantes plenos de la democracia chilena, ellos debian ser extirpados, considerando las caracteristicas que las autoridades y sus partidarios les atribuyeron. Asi, la izquierda fue transformada en una secta de criminales, asesinos, al servicio de intereses extranjeros totalitarios. El Plan Z sintetizo esta dimension de la tarea resocializadora, en el marco del control total de los medios de comunicacion y de informacion existentes en el pais. De alli el intento de deslegitimar los “rumores” o testimonios divergentes del oficial. Las afirmaciones del Plan Z no caian en un contexto cualquiera, sino en el heredado de la lucha politica contra la Unidad Popular, la que ya habia iniciado esa tarea sobre el otro. Esto fue reforzado por el shock de la violencia golpista y por el monopolio de la palabra. En otros terminos, la construccion del nuevo imaginario izquierdista ocurrio cuando el clima emocional de la poblacion ya estaba suficientemente alterado, buscando su exacerbacion. Esos ambientes, como ya ha sido estudiado para otras experiencias historicas, favorece la manipulacion psicologica. Aunque con los anos estas acusaciones de autogolpe y de asesinatos masivos hayan sido desmentidas, la persistencia discursiva y la ausencia de versiones alternativas a lo largo de diecisiete anos parecen haber rendido frutos.

Esta extirpacion del marxismo, sin embargo, no pudo hacerse con una ruptura total con quienes en el imaginario social se identificaban con dicho pensamiento, el pueblo. Esta imposibilidad de quiebre se debio tanto al pensamiento militar, como al contexto. A pesar de las opciones politicas que los altos mandos hubieran tomado con posterioridad al golpe, lo cierto es que las Fuerzas Armadas se sentian representativas de la nacion y, por tanto, de su caracter multiclasista. En consecuencia, romper con el marxismo no significaba hacerlo con el “pueblo chileno”, el que fue claramente redefinido. De el, como hemos apreciado, fueron expulsados los marxistas y sus colaboradores -calificados de antipatriotas-, quedando constituido por los sectores contrarios a la Unidad Popular. El pueblo era -debia ser- antimarxista; ese era el pueblo ideal. No obstante, la crisis economica y el aislamiento internacional que aquejaron al nuevo gobierno implicaron hacerse cargo del pueblo real, los “extremadamente pobres”, marginales, sumidos en la miseria de la cesantia, el alza de precios y la desproteccion estatal y partidaria. Ello se realizo desde dos perspectivas: la ideologica y la asistencial. La primera -la mas importante a nuestro entender- identifico a la mujer como su principal aliada, como el mas eficaz instrumento de resocializacion. A traves de ella y de su quehacer cotidiano se filtrarian los principios economicos y sociales vigentes, estimulando el ahorro, la organizacion presupuestaria -en contra del “despilfarro”-, la autoproduccion y el individualismo. Nada debia esperar del aparato estatal, sino de su propia capacidad de distribuir sus escasos recursos, tal como lo hacia el Estado. Ello fue reforzado con la preparacion de agentes de ideologizacion externos -el voluntariado-, quienes repetirian igualmente las politicas emanadas y decididas por las autoridades y que se introdujeron en el mundo de las poblaciones y los campamentos. En ese sentido, el regimen se doto de correas de transmision, cuya tarea era inocular las nuevas verdades y dotarlo de legitimidad.

La via asistencial, por su parte, busco recomponer la relacion del Estado con el pueblo, pero no con la creacion de una red de derechos -al menos hasta 1980, cuando se institucionalizo el Estado subsidiario-, sino como asistencialidad o beneficencia. Los CAD, la accion social desarrollada por las damas de colores, o el PEM respondieron al contexto y a la necesidad de dotar de legitimidad social al gobierno. Aunque estas medidas no apuntaban a la sociedad en su conjunto, sino a grupos pequenos y con una accion focalizada, alcanzaban alta visibilidad en el marco del desamparo y del control de los medios de comunicacion, especialmente de la television. Esta accion social permitio el despliegue de una imagen solidaria de parte del poder, que buscaba contrarrestar el impacto de la represion, la condena internacional y la pobreza. Los pobres tambien fueron un objetivo politico del regimen militar y no solo para reprimirlos. Es claro que tal acercamiento no puede ser calificado de alianza, como ocurre en el caso de la alta burguesia, pues nunca se trato de una relacion de horizontalidad, ni hubo un pacto. El regimen militar, con Pinochet a la cabeza, busco cooptar al mundo popular, introduciendo una cuna con sus antiguos aliados politicos y brindando respaldo popular a su gobierno.

En sintesis, la guerra declarada la noche del 11 de septiembre de 1973 excedia la represion -con todo lo brutal que fue-, pues buscaba mucho mas que la derrota militar del enemigo, perseguia su muerte definitiva, para lo cual debia resocializar al que habia sido hasta ese momento su principal aliado, el pueblo.

Notas

  1. Guillermo O’Donnell, Autoritarismo y modernizacion , Buenos Aires, Paidos, 1972; y El Estado Burocratico Autoritario , Buenos Aires, Belgrano, 1982; Fernando Dahse, El mapa de la extrema riqueza. Los grupos economicos y el proceso de concentracion de capitales, Santiago, Editorial Aconcagua, 1979; Patricio Rozas y Gustavo Marin, El ‘mapa de la extrema riqueza’ diez anos despues , Santiago, Cesoc/Pries, 1989; Augusto Varas, Fernando Bustamante y Felipe Aguero, Chile, democracia, Fuerzas Armadas , Santiago, FLACSO, 1980; Augusto Varas, Los militares en el poder , Santiago, Editorial Pehuen, 1987; Pilar Vergara, Auge y caida del neoliberalismo , Santiago, Cieplan, 1984; Alejandro Foxley,’ Los experimentos neoliberales en America Latina Santiago, Cieplan, 1985; Eugenio Tironi, Los silencios de la revolucion , Santiago, Editorial Puerta Abierta, 1988; Tomas Moulian, Chile actual. Anatomia de un mito , Santiago, Lom Ediciones, 1997; Veronica Valdivia O. de Z., El golpe despues del golpe. Leigh vs Pinochet, 1960-1980 , Santiago, Lom Ediciones, 2003.
  2. Ello mas bien se ha estudiado para el periodo del retorno a la democracia, en los anos noventa: Alfredo Joignant y Patricio Navia, “De la politica de los individuos a los hombres de partido”, CEP 89, Santiago, 2003; Carla Lehmann y Ximena Hinzpeter, “¿Nos estamos derechizando?”, Puntos de Referencia 240, Santiago, 2001. Dos trabajos que abordan los anos ochenta, Carolina Pinto, UDI. La conquista de corazones populares , Santiago, Ediciones A&V, 2006; Veronica Valdivia, Rolando Alva-rez, Julio Pinto, Karen Donoso y Sebastian Leiva, Su revolucion contra nuestra revolucion. Vol. II: La pugna marxista-gremialista en los ochenta , Santiago, Lom Ediciones, 2008, cap. 4.
  3. El concepto de marginal esta tomado de Desal y el padre Wekemans; Ricardo Yocelevzky, La Democracia Cristiana chilena y el gobierno de Eduardo Frei (1964-1970) , Ciudad de Mexico, UNAM -Xochimilco, 1987; y de los trabajos sobre pobladores que se citan en la nota 6. ODEPLAN, Mapa de la extrema pobreza , Santiago, ODEPLAN, 1974.
  4. Sobre el pacto social entre Estado y sociedad, vease Maria Angelica Illanes, El cuerpo y la sangre de la politica , Santiago, Lom Ediciones, 2007. El termino poblador hacia referencia a la migracion campo-ciudad y los graves problemas habitacionales que ello produjo, surgiendo un dinamico movimiento social que reivindico el derecho a la vivienda, pues la gran mayoria habitaba en poblaciones “callampas” o campamentos, en tomas de terrenos o poblaciones resultantes de “operaciones sitio”. Mario Garces, Tomando su sitio. Movimiento de pobladores, 1957-1970 , Santiago, Lom Ediciones, 2000.
  5. Vicente Espinoza, “Los pobladores en la politica” y Guillermo Campero, “Luchas y movilizaciones sociales en la crisis:’¿se reconstituyen los movimientos sociales en Chile? Una introduccion al debate”, en Los movimientos sociales y la lucha democratica en Chile , Santiago, CLACSO-ILET, 1987; Guillermo Campero, “Organizaciones de pobladores bajo el regimen militar”, en Proposiciones 14, Santiago, 1987; y Entre la sobrevivencia y la accion politica. Las organizaciones de pobladores en Santiago , Santiago, ILET, 1987. Teresa Valdes, “El movimiento de pobladores: 1973-1985. La recomposicion de las solidaridades sociales”, en Jordi Borja, Teresa Valdes, Hernan Soto y Eduardo Morales, Descentralizacion del Estado, movimiento social y gestion local , Santiago, Flacso, Clacso e Instituto de Cooperacion Iberoamericana, 1987.
  6. Carlos Huneeus, El regimen de Pinochet , Santiago, Editorial Sudamericana, 2000; Veronica Valdivia, Rolando Alvarez y Julio Pinto, Su revolucion contra nuestra revolucion. Izquierdas y derechas en el Chile de Pinochet (1973-1981) , Santiago, Lom Ediciones, 2006, cap. 2; Norbert Lechner y Susana Levy, “Notas sobre la vida cotidiana III: el disciplinamiento de la mujer”, Santiago, FLACSO, Material de Discusion Nº 57, 1984; Teresa Valdes, Marisa Weinstein, Maria Isabel Toledo y Lilian Letelier, Centros de madres, 1973-1989 ¿solo disciplinamiento? , Santiago, FLACSO, Documento de Trabajo Nº 416, 1989.
  7. En esta ocasion usaremos las secretarias de la Mujer y de la Juventud, pero no Digeder, sino tangencialmente, y prensa general. Considerando que la municipalizacion se activo en 1981, tampoco sera considerada en forma especial.
  8. Patricio Guzman, La batalla de Chile , Vol. II: El golpe de Estado (documental), Paris-La Habana.
  9. Hewnosky, Scheumann y Hillmer, La guerra de los momios ( documental), Berlin Oriental, 1974. Este documental, parte de un total de cinco videos, corresponde a parte de las filmaciones realizadas por dos periodistas alemanes en Chile desde mediados de 1973 hasta 1975.
  10. Estas ideas fueron expresadas durante un discurso del dia 11 de octubre de 1973.
  11. Sobre la Doctrina de Seguridad Nacional, vease Varas, Bustamante y Aguero, op. cit. ; Jorge Tapia, Terrorismo de Estado , Ciudad de Mexico, Editorial Nueva Imagen, 1980; Valdivia, El golpe despues del golpe , op. cit. , cap. I.
  12. Genaro Arriagada, El pensamiento politico de los militares , Santiago, Edicion Privada, 1981. La caracterizacion de la guerra contrasubversiva sera extraida de este texto y las fuentes usadas.
  13. Alonso Daire, “La politica del Partido Comunista desde la post guerra a la Unidad Popular”, en Augusto Varas, El Partido Comunista de Chile , Santiago, FLACSO, 1988; Tomas Moulian, “Evolucion de la izquierda chilena: la influencia del marxismo”, en Democracia y Socialismo , Santiago, FLACSO, 1983; Julio Pinto V., “Hacer la revolucion en Chile”, en Julio Pinto (ed.), Cuando hicimos historia. Experiencias de la Unidad Popular , Santiago, Lom Ediciones, 2005; Rolando Alvarez, “¿Reforma o revolucion?: lucha de masas y la via no armada al socialismo. El Partido Comunista chileno, 1965-1973″, en Elvira Concheiro, Massimo Modonesi y Horacio Crespo (comps.), El comunismo. Otras miradas desde America Latina , Ciudad de Mexico, UNAM, 2007; Fahra Neghme y Sebastian Leiva, El Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR , Tesis de Licenciatura, Universidad de Santiago de Chile, Santiago, 2001. La diferencia entre las izquierdas revolucionarias chilenas y argentinas en Huneeus, op. cit .
  14. Valdivia, El golpe despues del golpe , op. cit. , cap. I.
  15. Ibid ., cap. II, y de la misma autora, “Todos juntos seremos la historia. Unidad Popular y fuerzas armadas”, en Pinto (ed.), op. cit . (una version sintetizada de este ultimo trabajo es “Salvador Allende y las fuerzas armadas en la transicion al socialismo”, en Salvador Allende. Fragmentos para una historia , Santiago, Fundacion Salvador Allende, 2008); Jorge Magasich, Los que dijeron ¡No! , Santiago, Lom Ediciones, 2008, 2 vols.
  16. “Memorandum”, 4 de julio de 1973, en Monica Gonzalez, La conjura. Los mil y un dias del golpe , Madrid, Ediciones B, 2001.
  17. El general Leigh reconocio, anos despues, que los cordones industriales no estaban armados. Gustavo Leigh, (Entrevista) TVN, Medianoche , 29 de septiembre de 1999; sobre Argentina, Marcos Novaro y Vicente Palermo, Historia Argentina. La dictadura militar 1976/1983 , Buenos Aires, Paidos, 2003; Gabriela Aguila, Dictadura, represion y sociedad en Rosario, 1976-1983 , Buenos Aires, Prometeo, 2008. Sobre Uruguay, Carlos Demasi, Aldo Marchesi, Vania Markarian, Alvaro Rico y Jaime Yuffe, La dictadura civico-militar, 1973-1985 , Montevideo, CEUI, Ediciones de la Banda Oriental, 2009.
  18. Si bien habia acuerdo en que un golpe acarrearia violencia, nunca hubo consenso acerca de sus niveles e institucionalizacion, lo cual fue especialmente evidente en los primeros meses.
  19. Secretaria General de Gobierno, El libro blanco del cambio de gobierno en Chile. 11 de septiembre de 1973, Santiago, Editorial Lord Cochrane, s/f, 23-27.
  20. El caracter de campana del terror que tuvo este despliegue comunicacional puede ser observado en Septiembre (serie documental), Chilevision, 2003, cap. 5: “El Plan Z”.
  21. Vease, a modo de ejemplo, Hernan Millas y Emilio Filippi, Chile 1970-1973. Cronica de una experiencia, Santiago, Editorial Zig-Zag, enero de 1974. Entre los elementos usados para persuadir a la poblacion de lo que se aseguraba, corrio el rumor de que una marca de cigarrillos de amplio consumo en la epoca era el anuncio del plan: cigarrillos Monza; asimismo, los acordes de “Mi Buenos Aires, querido”: “contrasena para un ataque destinado a descabezar a las fuerzas armadas”. Transmision televisiva oficial, en “El plan Z”, op. Cit .
  22. El plan Z nunca ha sido probado, sino desmentido. El primer vocero de la Junta Federico Willoughby afirmo: “yo no sabia de la existencia del Plan Z (…) Yo tengo la impresion que la gente encargada de las operaciones de inteligencia (…) discernieron que era conveniente crear alguna justificacion del pronunciamiento militar (…) para convencer a la poblacion civil que los habian salvado”. El politologo norteamericano de la Universidad de Princeton Paul Sigmund parte de la Comision Church, tampoco lo considera verosimil: “Duda desde el primer momento, porque fue un plan bastante ambicioso (…) y fue importante, porque tenia mucho que ver con la intensidad de la represion”. Ambas declaraciones en “El Plan Z”, op. cit . El historiador de derecha Gonzalo Rojas afirmo: “Es una documentacion fragmentaria, no es una documentacion que permita a un historiador llegar a una conclusion definitiva”: Cuando Chile cambio de golpe (serie documental), TVN, cap. 2, 2003.
  23. “Presentacion”, en Gobierno de Chile, 1974. Primer ano de la reconstruccion nacional, Santiago, Editorial Gabriela Mistral, 1974.
  24. Patricia Verdugo, Los zarpazos del puma , Santiago, Editorial Andante, 1989; Comision Nacional de Verdad y Reconciliacion, Informe de la Comision Nacional de Verdad y Reconciliacion , Santiago, Secretaria General de Gobierno, Secretaria de Comunicacion y Cultura, 1991; Secretos de la historia (serie documental), Canal 13, 2003, cap. IV.
  25. Prudencio Garcia, El drama de la autonomia militar: Argentina bajo las juntas militares, Buenos Aires y Madrid, Alianza, 1995; Norbert Lechner, Los patios interiores de la democracia , Santiago, FLACSO, 1988, cap. 4. Sobre la represion en Chile, vease Comision Nacional de Verdad y Reconciliacion, op. cit. ; y Comision Nacional Sobre la Prision Politica y Tortura, Informe de la Comision Nacional Sobre la Prision Politica y Tortura , Santiago, La Comision, 2005. Gran parte de la guerra psicologica se hizo a traves de la prensa escrita, heredera de la prensa ariete de la epoca de la Unidad Popular, cuyos columnistas pasaron al diario La Segunda , de la red de El Mercurio , cuando sus propios medios desaparecieron. Desde alli perfeccionaron el imaginario terrorifico sobre el gobierno de Allende.
  26. Veronica Valdivia O. de Z., “La construction du poivoir: le regimen militaire d’ Augusto Pinochet”, en Vingtieme Siecle 105, Paris, 2010. Dado que la condena internacional continuo en los anos siguientes, en enero de 1976 se realizo una ceremonia en la Escuela Militar que explicito la cohesion de todas las ramas de las Fuerzas Armadas en torno a su lider, el general Pinochet, favoreciendo la personalizacion del regimen. La Segunda , Santiago, 28 de enero de 1976, 2.
  27. Sobre la prensa ariete, Patricio Dooner, Prensa y politica. Prensa de izquierda, prensa de derecha, Santiago, Ediciones Andante/Hoy, 1989. Un analisis historico sobre la derecha en el periodo y su prensa, en Veronica Valdivia O. de Z., Nacionales y gremialistas. El parto de la derecha politica chilena, 1964-1973, Santiago, Lom Ediciones, 2008, cap. VI y VII. La amenaza del cardenal Raul Silva Henriquez fue a raiz del caso Malloco a fines de octubre de 1975, cuando la Iglesia cobijo a dos perseguidos del MIR y Guzman hizo una critica acusatoria en contra de esta institucion. El debate puede encontrarse en Mensaje , Santiago, noviembre de 1975 y un par de comentarios de Guzman en Hewnosky, Scheumann y Hillmer, Un minuto de sombra no nos enceguece ( documental), Berlin Oriental, 1976. El diario La Segunda y la revista Que Pasa tambien se sumaron a la critica a la Iglesia. El diario Tribuna no desaparecio con el golpe y siguio publicandose hasta diciembre de 1973.
  28. Septiembre de 1973. Cien combates de una batalla , Santiago, Editorial Gabriela Mistral, 1973, 18-21. Vease tambien Un minuto de sombra , op. cit . Este documental incluye entrevistas a personeros de la epoca y partes del noticiero de TVN, “60 Minutos” durante 1975, donde se observan estas practicas de guerra psicologica.
  29. Sobre la visita al Estadio Nacional, vease La guerra de los momios y Yo he sido, yo soy, yo sere - documental-, Berlin Oriental, 1974. De la informacion historica verificada, se sabe que solo hubo enfrentamiento en la industria Indumet.
  30. Mensaje , 230, julio de 1974, 302.
  31. Yo he sido, yo soy, yo sere, op. cit . Esa declaracion es de julio de 1974.
  32. “El marxismo no es una doctrina equivocada (…) es (…) intrinsecamente perversa (…) esta moderna forma de agresion permanente da lugar a una guerra no convencional, en que la invasion territorial es reemplazada por el intento de controlar los Estados desde dentro (…) infiltra los nucleos vitales de las sociedades libres (y) promueve el desorden en todas sus formas (…) El objetivo ultimo de este desorden es el debilitamiento de las sociedades que la secta roja no controla, a fin de poder dejar caer sus garras sobre ellas en el momento oportuno, para convertirlas en nuevos satelites del imperialismo sovietico”. “Discurso del general Pinochet”, en Academia Superior de Seguridad Nacional, Seguridad Nacional, Santiago, La Academia, 1976, 3-4.
  33. “Discurso del general Pinochet del 11 de octubre de 1973″ en 1974 , op. cit ., 44 y “Declaracion de Principios del Gobierno de Chile”, en 1974 , op. cit., 155. En ambos el enfasis es nuestro para destacar el tipo de guerra. Esta decision coincide con la centralidad que adquirio la “memoria” en el caso chileno, planteada por Steve Stern, Recordando el Chile de Pinochet. En visperas de Londres 1998, Santiago, Ediciones Universidad Diego Portales, 2009.
  34. Valdivia O. de Z., El golpe , op. cit. , cap. I y II.
  35. “Discurso del 11 de octubre de 1973″, op. cit. , 43.
  36. Ibid., 44-45.
  37. “Lineas de accion de la Junta de Gobierno de Chile” (10 de marzo de 1974), en 1974 , op. cit ., 101-103.
  38. “Declaracion de Principios del Gobierno de Chile”, op. cit., 125.
  39. General Alejandro Medina Lois, en Seguridad Nacional, op. cit ., 35-41.
  40. Jose Joaquin Brunner, La cultura autoritaria en Chile, Santiago , FLACSO, 1981, cap. 1 y 2.
  41. Es interesante la declaracion de una mujer durante la campana parlamentaria de 1973, cuando al preguntarsele si preferia la via electoral u otro camino, ella contesto: “Pienso que debe ser una linea firme, que no estemos nunca mas jugando con el pueblo, ni con nada”, en La batalla de Chile , op. cit. , Vol. I.
  42. Bando Nº 6 y 9, en Manuel Antonio Garreton, Por la fuerza, sin la razon. Analisis y textos de los bandos de la dictadura militar , Santiago, Lom Ediciones, 1998, 62 y 64, ambos del 11 de septiembre.
  43. Ercilla , Santiago, 17 de septiembre y 21 de noviembre de 1973, respectivamente.
  44. Jorge Myers, “Las formas complejas del poder: la problematica del caudillismo a la luz del regimen rosista” en Noemi Goldman y Ricardo Salvatore (comps.), Caudillismo rioplatenses. Nuevas miradas a un viejo problema, Buenos Aires, Eudeba, 2005.
  45. Bando en Garreton, op. cit .
  46. Secretario General de Gobierno, coronel Pedro Ewing, Que Pasa , Santiago, 2 de noviembre de 1973, 16.
  47. Margaret Power, La mujer de derecha. El poder femenino y la lucha contra Salvador Allende, 1964-1973 , Santiago, Dibam, 2008, 196 y 221. Chile Libre fue una de las organizaciones anticomunistas que participo en la “campana del terror” de la eleccion presidencial de 1964, financiada por la CIA. Gisela Silva fue una de las organizadoras de la movilizacion para impedir la nacionalizacion de la papelera, donde el Poder Femenino jugo un papel central.
  48. Valdes, Weinstein, Toledo y Letelier, op. cit. , 25; Eda Gaviola, Lorella Lopresti y Claudia Rojas, “Chile. Centros de Madres. “¿La mujer popular en movimiento?”, en Nuestra memoria, nuestro futuro , Santiago, Isis Internacional, 1988.
  49. Ambas citas en Que Pasa , 16 de noviembre de 1973, 17.
  50. Que Pasa , 5 de diciembre de 1973, 33. El enfasis es nuestro para destacar el deseo de reeducacion politica presente.
  51. La Segunda , 5 de diciembre de 1973.
  52. La Segunda , 23 de octubre de 1973; Valdes, Weinstein, Toledo y Letelier, op. cit ., 34.
  53. Huneeus, op. cit. , 355. No existe claridad sobre la fecha de creacion de la Secretaria de los Gremios, pues segun Boetsch fue 1973, Huneeus, 1974 y la SNG, 1976.
  54. El Mercurio , Santiago, 5 de septiembre de 1972; Claudia Rojas, Poder, mujeres y cambio en Chile (1964-1973). Un capitulo de nuestra historia , Tesis para optar al grado de Magister en Historia, UNAM-Iztapalapa, Mexico, 1994, 73.
  55. Mensaje , 223, octubre de 1973, 461.
  56. Ejemplificador de esta nueva logica fue la desarticulacion del Poder Femenino ordenada por el gobierno militar en 1974. Power, op. cit. , 265.
  57. Una primera aproximacion al tema en Valdivia O. de Z., “La construction du poivoir”, op. cit. y en Isaac Calvo, “Dictadura y movilizacion social ¿manifestaciones pinochetistas? Chile, 1974-1977″, trabajo presentado al seminario “La guerra psico-social de Pinochet” a cargo de la autora, Universidad de Santiago de Chile, 2008 (inedito). Desde la optica de la memoria y la instalacion simbolica del 11 de septiembre, Azun Candina, “El dia interminable. Memoria e instalacion del 11 de septiembre de 1973 en Chile (1974-1999)”, en Elizabeth Jelin, Las conmemoraciones: Las disputas en las fechas “in-felices” , Madrid y Buenos Aires, Siglo XXI, 2002.
  58. Cifras de desempleo en Mensaje , 240, julio de 1975, 279-282; y 241, agosto de 1975, 341; Jaime Ruiz-Tagle y Roberto Urmeneta, Los trabajadores del Programa de Empleo Minimo , Santiago, Pispal/ Academia de Humanismo Cristiano, 1984, 10; la cita en Un minuto de sombra., op. cit. Sobre los despidos de empleados publicos, Secretos de la historia , op. cit. , cap. 4.
  59. Mensaje , julio de 1975, 279-282. Durante la visita a un campamento en 1975, los pobladores contaron al periodista su realidad de pobreza: “Yo le voy a dar un ejemplo, Uds. esperen hasta las 2 de la tarde a la salida de la Vega a ver como estan todas las mujeres recogiendo las cabezas de pescado, los restos de las almejas, vayan a ver como recogen la basura para comersela”. Un minuto de sombra , op. cit.
  60. La Segunda , 8 de marzo de 1974, 3. Este problema se mantuvo hasta 1976, ano en que este medio realizo una fuerte campana de denuncia de la especulacion.
  61. ODEPLAN, Mapa de la extrema pobreza , op. cit.
  62. La Segunda , 2 de febrero de 1974 y Que Pasa 4 de octubre de 1973, 6.
  63. La Segunda , 7 de junio de 1974, 8.
  64. Que Pasa , 29 de mayo de 1975, 11.
  65. Idem , 4 de octubre de 1973, 18.
  66. Idem , 5 de diciembre de 1974, 33.
  67. Lechner y Levy, op. cit.
  68. Brunner, op. cit. ; La Segunda , 19 de marzo de 1975. El enfasis es nuestro.
  69. Power, op. cit ., 212.
  70. Que pasa, 21 de junio de 1974, 14.
  71. Amiga 8, Santiago, septiembre de 1976, 17.
  72. Que Pasa , 28 de agosto de 1974, 32-33.
  73. La Segunda , 7 de junio de 1974.
  74. Idem , 2 de septiembre de 1974. El impacto del desabastecimiento en la politizacion femenina popular antisocialista, en Power, op. cit ., 218 y ss.
  75. Amiga 34, noviembre de 1978. Hermogenes Perez de Arce, en idem 8, septiembre de 1976.
  76. Amiga 25, febrero de 1978, 14.
  77. Lechner y Levy, op. cit. , 67.
  78. Amiga , 1, enero de 1976, 19; y 49, febrero de 1980, 20. A modo de ejemplo Dona Juanita, Huerta casera (1975) ; Recetas de verduras (1975) y Secretos caseros de dona Juanita (1974).
  79. Amiga 1, enero de 1976, 21; El Cronista , Santiago, 4 de agosto de 1976, 9. A modo de ejemplo, para 1976 existian AUCOS en La Cisterna, La Granja, Quilicura, Quinta Normal, La Florida, Maipu, San Bernardo, Conchali y en poblaciones como La Bandera, Nuevo Amanecer y Oscar Bonilla.
  80. Brunner, op. cit .
  81. Valdes, Weinstein, Toledo y Letelier, op. cit .
  82. El Cronista , 27 de septiembre de 1975, 6; y 23 de diciembre de 1975, 10.
  83. Amiga 9, octubre de 1976.
  84. Un minuto de sombra , op. cit .
  85. Es interesante constatar la animadversion del gobierno hacia las organizaciones beneficas ajenas a el y vinculadas, en este caso, a la Iglesia catolica, pues algo similar ocurrio en la Alemania nazi. En efecto, dicho regimen arrincono a las distintas organizaciones de caridad y beneficencia de origen privado, imponiendo la primacia de la Asociacion Popular Nacional Socialista, que realizaba ese tipo de tareas. Vease Richard Evans, El Tercer Reich en el poder , Barcelona, Peninsula, 2005, cap. V.
  86. Amiga 19, agosto de 1977, 38.
  87. Cema-Chile 5, mayo-junio de 1979, 18-19; Amiga 38, marzo de 1979, 32.
  88. Amiga 37, febrero de 1979, 12.
  89. Una analisis comparativo de las Secretarias de la Mujer y de la Juventud respecto del franquismo y los totalitarismos y de los roles desempenados, en Veronica Valdivia O. de Z., “Mujeres y jovenes ¿el corazon del pinochetismo? Auge y ocaso de las Secretarias”
  90. ODEPLAN, Plan nacional indicativo de desarrollo, 1978-1983, Santiago, s/f.
  91. Amiga 2, marzo de 1976, 29.
  92. Gabriela Zamora, nacida en Santiago en 1941, hija de un obrero de la maestranza de San Bernardo y de una duena de casa. Estudio hasta 4º ano basico, comenzando a trabajar a los 9 anos, cuando fallecio su padre. Se caso en 1957, matrimonio del que tuvo tres hijos: Macarena (1959), Guillermo (1961) y Rodrigo (1971), separandose de su marido a los meses de nacido este ultimo. Durante su matrimonio continuo trabajando, pues su marido nunca consiguio un trabajo estable y permanecia largo tiempo cesante. Por intermedio del PEM, trabajo en el Centro Abierto, en los talleres laborales y en el POJH. Desde 1971 vive en la actual Poblacion Carol Urzua, hasta 1973 campamento Los Aromos.
  93. Conversacion sostenida el 26 de noviembre de 2008.
  94. Amiga 4, mayo de 1976, 16.
  95. Intendente de Antofagasta, general Carol Urzua, Amiga 5, junio de 1976, 45.
  96. Stern, op. cit ., 71.
  97. Lechner y Levy, op. cit .; Valdes, Weinstein, Toledo y Letelier, op. cit.
  98. Amiga 23, noviembre de 1977, 9. Es interesante precisar que este afan ideologizador del gobierno no siempre coincidia con la motivacion de algunas voluntarias, a pesar de su anticomunismo. En el caso de la Sra. Elena recien citado, su trabajo en la Secretaria de la Mujer representaba para ella una linea de continuidad con su trayectoria de asistencia social entre los pobres urbanos, que desarrollaba desde la decada de 1950. No obstante, ese trabajo se entremezclo con los programas de adoctrinamiento politico organizados por el Estado. Vease Stern, op. cit. , 71-72.
  99. Amiga 3, abril de 1976, 11; idem 14, marzo de 1977; estos temas tambien eran abordados en los seminarios regionales, idem 19, agosto de 1977; CEMA-Chile , 6 de noviembre de 1979, 23. Widow era miembro del grupo Tizona, involucrado en el caso Schneider.
  100. La Segunda, 19 de marzo de 1975; Que Pasa , 16 de diciembre de 1976, 13.
  101. Amiga 10, noviembre de 1976, 44-45; idem 20, septiembre de 1977, 38; e idem 36, enero de 1979, 42-43. Durante el seminario regional, voluntarias de Coyhaique, Puerto Aisen, Puerto Cisnes, Puerto Aguirre y Puerto Ingeniero Ibanez en el extremo sur del pais escucharon al neoliberal Jose Yuraszeck referirse a la politica economica del gobierno.
  102. Boletin de la Secretaria Nacional de la Juventud 1, abril de 1975.
  103. Idem 2, mayo 1975.
  104. Lechner y Levy, op. cit ., 67.
  105. Amiga 32, septiembre de 1978, 42; idem 20, septiembre de 1977.
  106. Idem 3, abril de 1976, 35.
  107. Idem 1, enero de 1976, 28.29.
  108. Idem 44, septiembre de 1979. Este fue el objetivo del Seminario de Capacitacion de monitoras realizado en 1979.